La lógica y saludable rotación de las sagradas imágenes de la Semana Santa de Arcos encontró su continuación en el tiempo con la salida extraordinaria de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén, en el emotivo Vía Crucis del Consejo Local de Hermandades y Cofradías.
La velada de oración y devoción no pudo más que reunir a los cofrades de otras corporaciones bajo la convocatoria del Consejo, sumándosele un elenco de autoridades municipales y feligreses en general.
El Vía Crucis dio inicio con el rezo inicial dirigido por el párroco del Barrio Bajo, el padre Ildefonso González. Desde el templo de ‘La Borriquita’, en María Auxiliadora, la comitiva partió, casco antiguo arriba, hasta llegar a la iglesia de San Agustín donde se procedería al Vía Crucis como tal, con la dirección religiosa del párroco de Santa María y director espiritual de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Ya en la calle casi como si se tratara de un Domingo de Ramos, pero con la imagen inédita de aparecer de noche, Cristo Rey salió sobre una parihuela, a lomos del borriquillo de toda la vida, pisando un friso de primaverales flores, portado por un grupo de cofrades que hicieron un esfuerzo extraordinario Matrera arriba.
De este modo, en riguroso silencio y máximo respeto, el Consejo que dirige Mari Nieves Sánchez cumplió uno de sus actos claves en el inicio cuaresmal.
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