El diario digital ‘El Confidencial’ ha publicado un nuevo informe del controvertido comisario Villarejo que indica que éste pudo ser contratado por Iberdrola para realizar una investigación sobre determinados políticos, ecologistas y medios de comunicación al objeto de facilitar la construcción de la central térmica en suelo arcense y, lo que parece peor, incluso investigó al juez que presumiblemente estaba bloqueando en los juzgados de Jerez el macroproyecto energético.
Según las mismas fuentes, “Iberdrola tuvo a sueldo durante años al comisario Villarejo” para que investigara también en secreto a empresas de la competencia. En una investigación conjunta con el digital ‘Moncloa.com’, revela que el presunto cerebro de la operación Tándem habría estado realizando servicios clandestinos para la eléctrica al menos desde 2004. No obstante, ninguna de las piezas separadas en las que se divide el procedimiento que instruye la Audiencia Nacional sobre Villarejo analiza por ahora sus trabajos para Iberdrola. Según apunta el diario en base al informe, un encargo que Iberdrola habría hecho a Villarejo fue que se infiltrara en la plataforma No a las Térmicas, para supuestamente tener información de primera mano sobre los pasos para frenar la construcción de la central, una inversión de Iberdrola de 900 millones de euros.
Iberdrola habría usado a Villarejo “para neutralizar a los enemigos de la planta. El directivo que formalizó el encargo y supervisó su evolución fue el responsable de seguridad de la eléctrica, Antonio Asenjo, que continúa ocupando ese puesto en la actualidad”, señala ‘El Confidencial’, en cuyo poder obran las grabaciones realizadas por el propio comisario “revelando que Iberdrola le ordenó realizar seguimientos, controlar las llamadas e investigar la vida privada de cualquier dirigente o autoridad que se opusiera a la central”. “Villarejo se tomó en serio el aviso. Bautizó el encargo con el nombre en clave de proyecto Arrow y utilizó siglas, acrónimos y apodos para referirse a sus objetivos. Iberdrola pasó a ser ‘K’'; Antonio Asenjo, ‘AS’; el Ayuntamiento de Arcos, ‘Y’, y el equipo de investigadores implicados en el proyecto, ‘GIA’. El policía anotó el resultado de sus gestiones en informes que entregó periódicamente a Asenjo. De ellos se desprende que el policía llegó a investigar a un juez de lo Contencioso de Jerez”, que debía pronunciarse sobre una petición del Ayuntamiento para paralizar cautelarmente la construcción de la térmica.
Villarejo también centró su atención en la alcaldesa de Arcos en 2004, Pepa Caro (PSOE) y en la entonces delegada de Urbanismo, Arantxa Azcúnaga (IU). “Iberdrola quería encontrarles algún punto débil para poder doblegarlas”, señala ‘El Confidencial’, sin que pudiera encontrar trapos sucios en su contra. Según el mismo medio digital, Iberdrola habría encargado inserciones publicitarias en medios de comunicación, e incluso encuestas falsas a favor de la térmica.
“A la eléctrica también le preocupaba la opinión pública, que estaba mayoritariamente en contra de la planta”. Nada más lejos de la realidad, el hecho de que Iberdrola contratara a cientos de arcenses hizo que la población mirara con cierta simpatía a la empresa y con reticencia a los ecologistas de la época, increpados en ocasiones por la propia opinión pública.
“La eléctrica y el comisario dieron por concluida la operación Arrow en julio de 2004. Villarejo entregó a Asenjo un informe con un resumen de sus actuaciones y sus principales hallazgos”. “Tras la negativa del juzgado de Jerez a paralizar las obras, el PSOE de Arcos adoptó una posición menos beligerante con la central”. La entonces consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, compareció en el Parlamento andaluz para anunciar que su Gobierno había decidido dejar de oponerse a la planta y facilitar la tramitación de las licencias ambientales que quedaban para que pudiera empezar a producir energía”, según ‘El Confidencial’. El porqué, aún es una incógnita.
Iberdrola logró los permisos y en 2005 terminó de construir la central. ‘El Confidencial’ asegura haber contactado con Iberdrola para recabar su versión sobre estos encargos y conocer los detalles de su relación con Villarejo, pero la empresa ha declinado realizar comentarios.
La térmica de Arcos sigue funcionando después de que hace unos años Iberdrola solicitara el cierre de las instalaciones, a lo que se negó el Ministerio de Industria en cumplimiento del acuerdo con la empresa y en previsión de que la provincia necesitara una mayor producción energética.
Varias cadenas de televisión y otros medios de comunicación se han hecho eco de la noticia de ‘El Confidencial’ esta semana, pero en Arcos pocos han querido hacer declaraciones porque, sencillamente, la batalla contra la térmica se perdió. Los nombres de los supuestos beneficiados por una política de apoyo a la empresa no han salido a la luz, aunque futuros informes de Villarejo podrían arrojar algo nuevo a este respecto.
A día de hoy, la mayoría de las personas que conformaron la plataforma No a las Térmicas han abandonado el activismo medioambiental. Solo unos cuantos siguen en la lucha, y continúan considerados por un amplio sector de la sociedad como “unos locos” que se oponen al desarrollo de la ciudad. Luchar por el medio ambiente, desde luego, no es negocio.
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