En una noche de temporal, de fuertes vientos y copiosas lluvias, se ha producido el desprendimiento de cascotes de la fachada de la Basílica Menor de Santa María; un episodio que no es nuevo por desgracia y que una vez más evidencia la necesidad de restaurar el primer monumento de Arcos de la Frontera. Desde el Ayuntamiento, los operarios municipales han procedido a la retirada de los cascotes y ya se anuncia una visita técnica para comprobar qué ha ocurrido.
El alcalde, Isidoro Gambín, alude a la autoridad eclesiástica que en este caso tiene las competencias, pues la parroquia es de su propiedad.
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