El cementerio municipal de San Miguel ofreció ayer la estampa que solo se repite una vez al año, con un camposanto repleto de arcenses portando flores para honrar a sus seres queridos que, en un nicho o bajo una lápida, yacen para los restos. La familia socialista aprovechó para rendir su anual tributo a las personas represaliadas y asesinadas durante y después de la Guerra Civil, en un acto que empezó el alcalde Isidoro Gambín para, emocionado, recordar a estos hijos de Arcos que en muchos casos no tienen ni nicho ni lápida que los recubra en su viaje al más allá, porque ni siquiera se sabe dónde están... Pero al menos conservan un rinconcito del cementerio donde todavía se les puede honrar de alguna manera.
La delegada y diputada Ana Carrera leyó el discurso del día, en el que reparó en la aún reciente muerte del socialista Carlos Perales, un hombre que abanderó en la provincia la causa de los represaliados y asesinados en ese triste y oscuro episodio de nuestra historia.
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