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Arcos

Reina Letizia

Que la reina sólo sea noticia porque repita traje en una recepción o porque ha adelgazado trescientos gramos es un síntoma más de nuestra machista condición..."

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Me considero un rastreador de periódicos, de noticias habitualmente escondidas, y puedo decir que nuestra reina Letizia no sale en la prensa más que para ser utilizada como florero. Sin ir más lejos acabo de leer que sus pestañas están puestas en el punto de mira por no sé qué condimento.
Y cuando no son las pestañas es el corte de la falda, o la joya que exhibe en  cualquier sarao a los que acude por su condición de esposa de. No sé si ella está conforme con esta imagen que de ella dan los periódicos y las revistas del corazón, pero yo en su lugar me lo haría mirar porque si no habrá que decir aquello que decía el torero, o sea, que ha llegado de presentadora a reina degenerando, yendo hacia atrás.

Una mujer, y esto vale tanto para la reina de España como para la cajera del Mercadona más pequeño, tiene que ser noticia por su intrínseca valía humana, por su capacidad laboral o por el cargo institucional que ostenten, pero no por la caída de sus ojos o por las dimensiones de su escote. Cuando de una mujer, aunque sea reina, sólo destacamos su atuendo o su perifollo, es que estamos todavía lejos de tratarla como a un ser humano normal y la utilizamos para eso, para lucirla en sociedad o para que sostenga la corona. ¿Se imagina  ustedes que las  noticias sobre el rey Felipe fuesen exclusivamente que ha engordado cinco kilos en Navidad, o que se ha cortado el pelo a navaja, o que se ha pintado las uñas de rosa fucsia?
No ignoro que la Constitución y la Casa Real reservan para la reina unas obligaciones más decentes y precisas, entre ellas las de presidir determinados actos en representación de España ante las distintas monarquías y repúblicas, que de todo hay en la viña del Señor, pero la realidad es que, según nuestra prensa –y no sólo la prensa del corazón, sino la que podíamos llamar, aunque riéndonos sin parar, prensa seria- sólo saca de ella su lado más frívolo y machista. Que Doña Letizia Ortiz sólo sea noticia porque repita traje en una recepción o porque ha adelgazado trescientos gramos es un síntoma más de nuestra machista condición. Llámenme exagerado, pero se empieza utilizando a una reina como florero y se acaba enjuiciando a una muchacha por “dejarse” violar por cinco potros de la cuadra andaluza y seguir viviendo luego tan campante, en lugar de meterse en un convento a purgar sus pecados.

 

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