La lluvia, una vez más, trastornó los planes cofrades de ver a su hermandad desfilar en plena calle sin la amenaza del agua. La sagrada imagen del Dulce Nombre de Jesús, en esta ocasión como Jesús Resucitado, pudo culminar su recorrido como era su anhelo pero con más prisas de las deseadas, al confirmarse las previsiones de lluvia durante el mediodía del pasado domingo.
Eso sí, la hermandad del Viernes Santo, que este año cumple su 475 aniversario fundacional, logró salir del templo de San Francisco tras la misa pronunciada por el párroco, Jorge Manrique, pero no pudo recrearse y detenerse cuantas veces había previsto, pues lógicamente estaba en juego salvaguardar la integridad de la sagrada imagen.
Provisto únicamente de su sudario, de su gloriosa banda roja y de la pequeña cruz que porta en su mano derecha a modo de pértiga, la imagen se apareció sobre su paso y un friso de flores multicolores; exornos poco tradicionales pero muy primaverales dada la época del año.
El cortejo de gloria estuvo acompañado por la banda municipal de música Vicente Gómez Zarzuela, que, al igual que la procesión, corrió un poco más de la cuenta para no sufrir los efectos de la lluvia.
También contó con numerosos niños y con una representación de las hermandades, así como con la presencia de la presidenta del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Mari Nieves Sánchez.
Como anécdota, la hermandad invitó este año al alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, para que protagonizara la primera ‘levantá’ de la procesión, celebrada todavía en el interior de la parroquia de San Francisco.
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