La vigésimo primera edición del tradicional Camino de la Juventud de la corporación rociera arcense tuvo lugar los días 24 y 25 de octubre con una participación de más de treinta peregrinos que juntos emprendieron un camino de fe y devoción para reencontrarse con la Virgen del Rocío en su ermita.
La peregrinación comenzaba en la parroquia de San Francisco a la 7.30 horas de la mañana con el rezo de la salve ante el Simpecado de la hermandad. Tras ello, los asistentes partieron en autobús hacia el pueblo de Almonte, y en el lugar conocido como El Chaparral daba inicio la etapa andando por el tradicional Camino de los Llanos.
Más de 14 kilómetros recorrieron los peregrinos haciendo diferentes paradas para rezar el Ángelus, reponer fuerzas o realizar una oración en alguna estación del Vía Crucis que comprende dicho camino.
La entrada a la aldea del Rocío se hacía alrededor de las 19.00 horas visitando a la Virgen del Rocío, como culmen de este día de peregrinación. Sobre las 21.00 horas los jóvenes también tuvieron la oportunidad de participar en el rosario de las hermandades que tiene lugar cada sábado por las calles de la aldea del Rocío, acompañando a otras hermandades y sus simpecados que se encontraban allí con motivo de su peregrinación extraordinaria.
La pernocta fue en la casa de hermandad de El Puerto de Santa María, donde se pudieron vivir unos momentos de convivencia. Ya el domingo, los peregrinos celebraron la eucaristía ante la Blanca Paloma acompañando a la hermandad de Sevilla sur, y realizando en el ofertorio la tradicional ofrenda de flores a la Virgen.
Una vez finalizada la misa y de nuevo en la casa de hermandad donde se alojaban los peregrinos, los mismo pudieron disfrutar de una charla-coloquio que ofreció Manuel Galán, antiguo delegado de Formación de la hermandad matriz de Almonte. Un encuentro muy participativo y fructífero donde Galán supo trasladar de forma entusiasta a todos los asistentes algo más sobre la historia del Rocío.
Pero además, a través de sus palabras quiso alentar y mantener la llama de la ilusión en los jóvenes y en la Hermandad para que sigan trabajando por y para sembrar la semilla rociera en nuestra tierra.
Tras este encuentro y el almuerzo se emprendió el regreso a la localidad dando por finalizado un año más el tradicional Camino de la Juventud.
Una peregrinación pensada para llevar algo de lo qué es El Rocío al jóvenes no sólo de esta hermandad, sino a jóvenes de otras hermandades y cofradías de la localidad; objetivo que poco a poco se va consiguiendo. Este año han participado jóvenes de las hermandades de las Tres Caídas, San Antonio y Nuestro Padre Jesús Nazareno. Ahora toca seguir trabajando para que en el vigésimo segundo Camino de la Juventud se sumen más y juntos experimentar este camino de fe y devoción mariana.