Hasta 28 cruces de Mayo se expusieron al público durante el fin de semana, siendo un atractivo y un aliciente para visitar el recorrido que en su gran mayoría se centró en las calles del conjunto monumental, así como en el Barrio Bajo. No obstante, también El Santiscal, Las Palomas, la Barriada de la Paz y el centro día San Miguel contaron con sus propias cruces.
Se trata de una serie de monumentos florales que representan, según se mire, aspectos que abarcan desde la exaltación al apogeo primaveral hasta la importancia de la cruz para los cristianos; una cruz que, según la propia Iglesia, es significado de vida, como también durante la primavera renace la vida en la naturaleza. En todo caso, una ocasión extraordinaria para que vecinos y visitantes hicieran el recorrido, y una ocasión económica para aquellos establecimientos públicos que hicieron más negocio que habitualmente.
Aunque las cruces fueron instaladas por diversos colectivos sociales y hermandades, el recorrido en sí fue planteado un año más por la Delegación de Fiestas, que incluso publicó un díptico para que el recorrido se hiciera de forma ordenada, contemplando cada una de las cruces expuestas. Fue también Fiestas la que proporcionó los exornos florales a las asociaciones para el montaje de las cruces, aunque por cuenta de esas asociaciones corriera el resto de exornos: desde mantillas hasta macetas, pasando por alfombras, colchas, imágenes religiosas y los adornos más inverosímiles.
El equipo de Gobierno, con el alcalde José Luis Núñez al frente y el delgado de Fiestas, Leopoldo Pérez, inauguró el recorrido durante la tarde del sábado, ocasión en la que destacó la alta ocupación hotelera registrada en la ciudad con motivo del campeonato de motos, el incremento del número de cruces respecto a años anteriores y sobre todo la colaboración de las asociaciones para que el bello y sutil recorrido fuera posible.
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