–CD CBECENSE–Madruga, Javi Salas (Iván Maldonado, 46’), Cachana, Bucarat, Francis, Guti, Marrufo, Kevin, Jesús Mari (Reguera, 46’), Salvi (Gabriel, 69’) y Wojcik.
–ARCOS CF–Pablo, Pesca, Casillas, Romero, Adri, Iván Guerrero, Parada, Zúñiga, Maqui (Ángel, 58’), Javi Forján (Juanca, 75’) y José Carlos (Heredia, 67’).
Arbitro: Alcoba Montes (Granada). Amonestó a Kevin, Javi Salas, Salvi y Cachana y expulsó al entrenador David Palacios, por los locales; por el Arcos amonestó a Pesca, Maqui, José Carlos y al entrenador Keko Rosano.
Incidencias: Partido de la trigésima cuarta jornada diputado en el municipal Carlos Marchena (césped artificial) ante unos 150 espectadores.
El Arcos volvió a puntuar -esta vez a domicilio- y ya encadena cuatro jornadas sumando puntito tras puntito, lo que no es mala señal cuando quedan solo ocho partidos para acabar la liga, de los que cinco se jugarán en el Antonio Barbadillo con el factor campo claramente a favor del conjunto arcense.
La historia del partido no difiere mucho de los últimos compromisos del equipo de Keko Rosano en la liga: bien ordenado en todas sus líneas para no dar facilidades al rival, con atención especial a las bandas para no verse superado en esas zonas del campo, con rápidas salidas a la contra donde el protagonismo se lo llevan los hombres de arriba (José Carlos y Forján), que se están entendiendo a la perfección en los últimos encuentros. El Arcos no comenzó demasiado enchufado y fue en los primeros minutos del encuentro cuando el Cabecense se impuso ligeramente a los blancos, que también gozaron de una gran ocasión para adelantarse en el marcador en las botas de José Carlos. También el Cabecense tuvo la suya en el minuto cinco, en un testarazo del hispano polaco Wojcik que Pablo Gómez -perfecto durante toda la mañana- se encargó de neutralizar. Fueron momentos de desorientación que el mister arcense se encargó de desactivar de inmediato desde su zona técnica, lo que le costó la cartulina de amonestación pero sirvió para despertar a un Arcos que no se podía permitir el lujo de despistarse a las primeras de cambio y echar a perder todo el trabajo de preparación del encuentro en errores infantiles, de falta de atención y de concentración.
El Cabecense apretaba a los gaditanos en los balones aéreos, en diagonales para desequilibrar por las bandas y en saques de esquina para aprovechar el juego de cabeza de Wojcik. En el minuto 18, el lateral zurdo Francis probó de volea y su balón no encontró puerta por poco, saliendo y fuera a la derecha de Pablo. La respuesta arcense fue inmediata: la contra de José Carlos la culminó el delantero isleño disparando cruzado por bajo y el balón no entró por milímetros; el exterior Salvi, en el minuto 20, respondía con un centro-chut que atrapó Pablo en dos tiempos; a los 22 minutos, era el propio Salvi el que tenía que frenar a Zúñiga agarrándole cuando el Arcos ya montaba la contra, lo que le costó la amarilla. El partido no tenía tregua y se jugaba a todo tren, con un Arcos muy bien armado y con hechuras de equipo bien plantado al que le faltaba la guinda del gol para matar al rival y que no daba facilidad alguna a los sevillanos.
El mister local, Antonio Gil, hacía cambios en el descanso, y deando a dos de sus hombres en la caseta para tratar de sorprender al Arcos. En lo único en que se impuso el Cabecense fue en los ataques por la banda derecha a cargo de Iván Maldonado, que era capaz de superar a su par una y otra vez, pero sus centros no iban bien dirigidos y los atacantes rojinegros no tenían su día. Keko Rosano dio entrada a Ángel por Maqui para protegerle de cara al partido frente al Recre B, a Heredia por José Carlos y a Juanca por Forján y en alguna que otra acción a balón parado pudo sentenciar, como en la falta que cabeceó Forján al lanzamiento de Parada en el minuto 62, pero el balón ‘no quiso entrar’. En el minuto 70 se le anuló un gol a Reguera y en el 81 pudo marcar Wojcik de cabeza, pero no era el día del rubio delantero local. El Cabecense no sabía lo que hacer ante el repliegue defensivo visitante y el Arcos se limitaba a alejar el balón de su inmediaciones ante un conjunto sevillano parco en ideas y romo en ataque. El empate estaba cantado y casi firmado, porque el Arcos también amenazaba al contraataque y podía dar un susto aún peor, como en una que tuvo Juanca en las postrimerías. Otro punto de oro.
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