El pasado miércoles se celebró una reunión en la Consejería de Cultura al objeto de modificar el actual Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico, ya que el equipo de Gobierno considera que el plan es limitado porque pone coto al desarrollo del casco antiguo y, por ende, de todo Arcos. Como dato significativo, el actual plan impide, por ejemplo, montar un restaurante en la zona, algo incomprensible en un recinto histórico pieza fundamental del turismo.
Además, el actual plan impide el desarrollo de una serie de proyectos turísticos que llevarían años esperando el cambio de condiciones para su materialización, como ha adelantado el delegado de Urbanismo. Con estas justificaciones sobre la mesa, la Junta entiende que, efectivamente, ya iba siendo hora de renovar el plan y actualizarlo a las necesidades del municipio.
Estas conclusiones, como explicaría después el director del PGOU, Pedro Ledo, se alcanzan después de siete años de aplicación y desarrollo del plan; un tiempo donde se han analizado tanto las carencias como las virtudes del documento urbanístico. Así, Junta y Ayuntamiento han quedado en que el segundo presentará un informe con esas justificaciones, al tiempo de añadir nuevos aspectos que afectan, por ejemplo, a las áreas de ordenación, posibles expropiaciones, etc. Para la aprobación inicial del próximo PGOU resultaba indispensable abordar el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico que afecta a una zona que para el Ayuntamiento es motor económico y de desarrollo futuro.
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