“San Francisco es un diamante en bruto que hay que pulir”

Publicado: 18/08/2014
El pasado 14 de julio fue nombrado por el párroco, Manuel Rodríguez Salas, responsable de Patrimonio
Andrés Camarena, pese a su aún relativa juventud, ha conseguido atesorar una enorme y grata experiencia en la actividad propia de la parroquia de San Francisco, ya no sólo como exhermano mayor de las Tres Caídas, sino como feligrés y cristiano, miembro activo de la comunidad parroquial y persona reconocida por todo ello. El pasado 14 de julio fue nombrado por el párroco, Manuel Rodríguez Salas, responsable de Patrimonio, atendiendo al inconmensurable valor de los enseres que guarda celosamente la vieja iglesia que tuvo su origen en un convento franciscano

—¿Tan importante, por amplio y calidad, es el patrimonio de San Francisco como para que se nombre una persona que vele expresamente por su conservación?
—Hablar de la Iglesia de San Francisco es hablar de un patrimonio de siglos, importante no diría yo, importantísimo. San Francisco es una iglesia que lo tiene todo. Si hablamos de cerámica, asombroso es el impresionante zócalo de azulejos, que por cierto os puedo decir que desde que ocupo este cargo tres veces he ido a la iglesia para acompañar a personas que vienen a estudiarlo; es sorprendente contemplarlos. Nosotros como los vemos casi a diario no le prestamos la atención que se merecen, pero el que los ve por primera vez os aseguro que se queda sobrecogido. Si continúo con los retablos, tanto de relieves como el de ánimas o pictóricos como el altar mayor con una alusión completa a la familia franciscana, representado a las cuatro órdenes: Observantes, Clarisas, Concepcionistas y Terciarios, y presidiendo San Antonio de Padua,  sin duda alguna quien dio origen al antiguo convento, os digo que es increíble este conjunto de lienzos. En tallas qué decir…, ahí es todo: Virgen de la Aurora, Niño del Triunfo… Fijaros si tiene San Francisco para conservar, que cobija en sus interior cuatro hermandades que son para mí  la esencia de Arcos. La antigüedad del Dulce Nombre, la historia de la hermandad de San Antonio, la veneración de las Tres Caídas y la devoción universal a la Virgen del Rocío son un clarísimo ejemplo de lo que os digo. Si a todo esto le sumamos los yesos, que parecen que no están, pero que al fijarnos vemos una cantidad inmensa de simbolismos; el sencillo atrio acolumnado que nos recuerda  una vez más el lugar donde vivimos, Arcos, o la Capilla de Nuestra Señora de las Aguas, todo aquello es de admirar, hasta las puertas. Pequeña gran joya la que tenemos enclavada en pleno barrio de los franciscanos observantes. Con todo esto, como para decir que no es extenso y de calidad el patrimonio de San Francisco, no haría falta una persona para velar por ello, sino un regimiento.


—Contento, supongo, de que una institución como Don Manuel -el párroco- haya confiado en usted…
—Don Manuel ha hecho de San Francisco una parroquia fuerte, él la vio nacer y después de casi 50 años como párroco sigue al frente de ella. Mejor que él nadie la conoce, sí había una persona en concreto que la conocía como la palma de su mano y del que tuve la suerte los años que estuve junto a él, de aprender y conocer muchísimas cosas, esa persona sin duda alguna es nuestro querido y recordado  Joselito. Pero, claro, don Manuel, el primer párroco de San Francisco, hay que tener en cuenta que el cariño que tiene por esta iglesia prevalece. Siempre dice “es sencilla pero muy bonita”, y es que San Francisco a pesar de su humildad, con sus blancas paredes, donde no existe la piedra que tienen otros templos de nuestra ciudad, tiene algo único, diferente a cualquier otra iglesia de las que podamos contemplar. Así que imagina, la alegría que puedo sentir sabiendo que don Manuel haya delegado en mí para velar y custodiar todo lo que guarda esta maravillosa iglesia.


—Nos consta que se está haciendo un inventario del patrimonio de la parroquia y que detrás de este trabajo están la historiadora Pepa Caro, el licenciado en Bellas Artes Francisco José Medina y el técnico Juan Mariscal. ¿Cómo marcha este trabajo que puede enumerar un maravilloso catálogo?
—Tengo la enorme suerte de formar parte como coordinador de este equipo, que está elaborando el inventario histórico artístico de la iglesia exconventual de San Francisco. El equipo que lo compone Francisco José Medina Pérez como Licenciado en Bellas Artes, Josefa Caro Gamaza como historiadora y Juan Mariscal López como técnico especialista en fotografía, lo hacen de una profesionalidad sin precedentes. Todos trabajan desinteresadamente, volcándose en algo que es vital y que el Obispado exige tener inventariado todas las piezas que se encuentran en cada una de las iglesias de nuestra Diócesis. A todos ellos les doy las gracias en nombre de la parroquia por la dedicación y el servicio que están prestando. Es importantísimo contar con profesionales de esta índole para poder realizar un trabajo de catalogación, de preocupación por cada una de las piezas, de descripción...; con ellos siempre se aprende algo nuevo, cada día.También por supuesto agradecer a los organismos que están colaborando, como es la Fundación Víctor Marín, con la cesión de material fotográfico y documental para el estudio, también  la disponibilidad del Ayuntamiento de Arcos y  de la Delegación de Cultura. Como se publicó en este medio hace unas semanas, tras resolver toda la documentación pertinente y los permisos del Obispado,  se montó una estructura de andamios para cubrir completamente el altar mayor, lugar de la cabecera de la iglesia donde actualmente nos encontramos trabajando. De esta forma se pudo fotografiar minuciosamente, tomar medidas y comprobar el estado de conservación en el que se encuentra. Tengo que decir que los andamios fueron cedidos desinteresadamente por la empresa local Construarcos,   y que tras enterarse el alcalde, José Luis Núñez, me llamó personalmente para ponerse a disposición de cuanto pudiera necesitar, un ofrecimiento que hay que agradecer y que no es la primera vez que lo hace. Cada vez que hemos necesitado algo nunca ha dudado en ayudar y me consta que lo seguirá haciendo, gracias José Luis.  Sin este tipo de ayudas sería imposible realizar este inventario, ya que los medios económicos de los que dispone la parroquia son bastante escasos.


—Personalmente, al margen del valor sentimental del patrimonio parroquial, ¿qué le ha llamado más la atención desde los puntos de vista artístico e histórico?
—Decir que me ha llamado la atención de esta iglesia es complicado, San Francisco, la verdad, que me apasiona, es mi vida, mi niñez, mi juventud, mi edad adulta y espero que sea mi vejez. Sí, es verdad que me llama muchísimo la atención unas pinturas orientales que existen a lo largo de toda la iglesia. Todo San Francisco esta impregnado de estas miniaturas, supongo yo de un fraile misionero que aprendió este tipo de artes durante sus viajes, que ellos llamaban misiones franciscanas a Filipinas, Japón y China. Recordemos que San Francisco fue colegio de propaganda Fide (para la propagación de la fe en Ultramar).  ¿Quién pudo ser el autor?, esperemos descubrirlo algún día.  Si es verdad y no sería justo ni siquiera mencionarlo en esta entrevista, que varias obras de la iglesia están atribuidas al hermano J. de Jesús M. y Joseph Timón Ferrari, un terciario que vivió muchos años en el convento y al que se le reconocen obras como la Virgen de las Angustias de Vera Cruz, los ángeles lampareros del altar mayor, así como varios cuadros entre los que destacaría el de la Purísima en la entrada o el de San José, situado en la sacristía.  Algo también que hay que acentuar son los diferentes estilos de las tres capillas del lado de la epístola, en dos de ellas se pueden ver perfectamente, en la tercera, la Capilla de Santa Ana está oculto por una bóveda posterior. Ahí podemos comprobar que esa parte es mucho más antigua y que probablemente en el siglo XVIII hubo una importante ampliación del templo, aunque sí os digo que ésto solo es una hipótesis...


—¿Cree que el patrimonio de la parroquia es conocido por la feligresía y los arcenses en general o piensa que había que dar un paso para divulgar esa riqueza?
—Uno de los proyectos que tengo en mente, y que si Dios quiere y todo va según lo previsto se podrá poner en marcha, es la difusión y puesta en valor de nuestro patrimonio. San Francisco es como un diamante en bruto, hay que pulirlo y luego mostrarlo en todo su esplendor.  Se desconoce bastante de la riqueza que alberga nuestra iglesia, siempre he oído decir que la estudian en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla por el tema de su azulejería, pero si nosotros hiciéramos una proyección al exterior de ella, seguro que serían muchas las ventajas que recibiríamos, se abrirían puertas que de un modo u otro repercutirían beneficiosamente. Cuando me refiero a una proyección al exterior, me refiero para Arcos y para fuera de Arcos. Me atrevería a decir y nos es ninguna barbaridad lo que digo, que el patrimonio cultural religioso de Arcos está fragmentado si no se conoce una parte de la historia de Arcos como es la de San Francisco. Es decir, que vivir en Arcos o venir a Arcos y no conocer y visitar este templo es vivir en la ciudad o irse de la ciudad incompleto.


—¿El cargo que le ha encomendado el párroco es algo provisional o entiende que el cuidado del patrimonio debe ser una tarea constante?
—Está claro, y antes no he hecho referencia a ello, que aunque haya sido nombrado responsable de Patrimonio en la parroquia, el patrimonio es algo que nos supera un poco a todos.  Yo simplemente me puse al servicio del párroco una vez que concluyó mi segundo mandato como hermano mayor de las Tres Caídas y quiso esta responsabilidad para mí. Por supuesto el máximo responsable del patrimonio es él como párroco. Es importante que los seglares tomemos responsabilidades y que podamos descargar a los sacerdotes de trabajo. Muchísimas veces están desbordados, impidiéndoles poder cumplir con su misión pastoral a la que están encomendados. En el caso de nuestra parroquia de San Francisco hay que darle gracias al Señor por bendecirla con personas que ayudan encomiablemente con tareas como las del archivo, por ejemplo. Que sea o no una tarea provisional no depende de mí, ahora que debe ser algo constante, seguro.


—En el terreno personal, ¿le supone un gran sacrificio este trabajo que supongo no tiene remuneración alguna o es una satisfacción y un trabajo altruista por y para su parroquia?
—Por supuesto que esto es un servicio a mi parroquia y a la comunidad, algo que me gusta y que creo que puedo hacerlo para mejorar cosas, o por lo menos intentar evitar que en muchos casos aumenten daños que con el tiempo podamos lamentar con pérdidas importantes. El que me conoce sabe que cuando me empeño en algo, pongo toda la carne el asador, como se suele decir, así que pondré todo de mi parte para que funcione bien, o mejor dicho, para que funcione perfectamente. El sacrificio estará presente, seguro, por que soy una persona demasiado exigente conmigo mismo, y también con los que me rodean. Estoy convencido que con la ayuda de todos los grupos que componen la parroquia podremos conseguir los objetivos que nos vayamos marcando. Así, unidos, haremos parroquia, unidos habrá comunión, unidos daremos verdadero testimonio del amor de Jesucristo, tan necesario en estos difíciles momentos que el mundo vive actualmente.


—Andrés, muchas gracias y mucha suerte con su nueva tarea como responsable de patrimonio de la parroquia.

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