CinemaScope

El inagotable eco de los Beatles.

El canal Star estrena una serie documental en la que el productor Rick Rubin y Paul McCartney conversan sobre su pasado ‘beatle’ y desnudan canciones memorables

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Cuando a mediados de los noventa se publicó la colección Anthology dedicada a The Beatles -incluía 3 cd triples, el libro biográfico y la caja de dvd con el documental- parecía que terminaba de cerrarse el círculo en torno a los cuatro de Liverpool. Sin embargo, con el paso de los años han surgido nuevas grabaciones -la nueva colección de la BBC,  las mezclas realizadas por George Martin y su hijo para el espectáculo Love del Circo del Sol-, nuevos documentales -el extraordinario de Martin Scorsese sobre George Harrison (Living in the material world), el Imagine: John Lennon, el realizado por Ron Howard sobre la gira americana (8 days a week)...-. Nunca una década en la historia de una banda ha dado para tanto, y eso pone de manifiesto el enorme talento del grupo, sin olvidar el hecho extraordinario de que todo lo consiguieran antes de cumplir los 30 años.

Y sin embargo, cuando creías que la fuente ya estaba agotada y que no había posibilidades de descubrir nuevos detalles en torno a la trayectoria y la historia de los Beatles, surge este excepcional McCartney 3, 2, 1; una serie documental de seis episodios (Star, Disney plus) a partir de una conversación de tres horas entre McCartney y el productor Rick Rubin en la que hablan sobre las interioridades del grupo, la composición de las canciones, las vivencias, las influencias, la experiencia de aquellos años y, en menor medida, de la trayectoria en solitario de Paul o con los Wings. Todo en blanco y negro y en el interior de un estudio en el que Rubin va desnudando determinadas canciones de los Beatles, y no siempre las más conocidas, para poner de manifiesto la grandeza musical del grupo, sus aportaciones a la historia de la música y sus innovaciones, subrayadas a continuación por los detalles y puntualizaciones que da McCartney de cada una de ellas, como que Bach era una fuente constante de inspiración, que George Martin ejercía de facto como quinto beatle, que la melodía de Yesterday le vino en un sueño mientras dormía, o que si algunas canciones han resultado memorables era porque ellos mismos tenían que hacerlas memorables para poder recordarlas, ya que no había forma de grabarlas cuando se les ocurrían en casa. 

Pero sobre todo es un documental que gira en torno al talento, a la dedicación, y al asombro constante que planea sobre la trayectoria de un grupo y un compositor cuyo legado musical está ya a la altura de los grandes clásicos.

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