Algo está pasando en la sanidad pública andaluza y no sabemos con exactitud qué. La Consejería de Salud y Presidencia de la Junta de Andalucía bien harían en hacer un diagnóstico certero e informar con nitidez y transparencia máxima sobre lo que está ocurriendo y las decisiones que pueden precipitarse en cascada en los próximos días y las próximas semanas. Informaciones contrastadas que han trascendido públicamente se entremezclan con denuncias preocupantes de recortes, cierres de plantas completas, bajas médicas que no se cubren -ni siquiera las de maternidad o paternidad- o servicios que hacen agua.
Panorama desalentador por las informaciones ya publicadas y por las que circulan por las redacciones de los medios pendientes de ser contrastadas. En poco tiempo, Comisiones Obreras ha convocado protestas todos los jueves por recortes en los centros de salud de Andalucía; el Sindicato Médico de Málaga y la Plataforma Basta Ya se han manifestado para reclamar mejoras en la atención primaria y para denunciar que la fuga de profesionales no se ha frenado con el nuevo Gobierno andaluz, y la dirección del Hospital de Bormujos (Sevilla) suspendió un centenar de operaciones y pruebas diagnósticas por la infrafinanciación que sufre.
A todo esto, añadimos que en la memoria del proyecto de presupuestos de la Junta para 2020, el ejecutivo autonómico admite que aumentarán sensiblemente las listas y los tiempos de espera respecto a los plazos aprobados por la Junta en el presupuesto de este año: 23 días más para operarse, 25 más para consultas externas y 30 más para las pruebas. Plazos que hacen dudar de los resultados del tan publicitado Plan de Choque del que desconocemos para qué ha valido porque, sencillamente, la Consejería de Salud -absorbida en los últimos dos meses por el mayúsculo brote de la listeria- no ha informado al detalle.
Así las cosas, me pregunto: ¿Acabarán las malas noticias sobre la gestión sanitaria o se sucederán nuevos cierres de plantas y de camas de Almería a Huelva? ¿Cómo está ocurriendo esto con el supuesto aumento presupuestario que esgrime cada vez que le preguntan al respecto el consejero Jesús Aguirre? Con más dinero, sin embargo, emergen estos problemas y las quejas profesionales de que nada ha cambiado sustancialmente. La Junta debe buscar urgentemente respuestas a estas preguntas si no quiere incurrir en los errores que tanto minaron la imagen del último Gobierno de Susana Díaz. El PSOE no renovó la confianza mayoritaria de los andaluces, entre otras cosas, por su mala gestión sanitaria y por negar carencias en los servicios. Ni la ciudadanía ni los profesionales, que están a una chispa de saltar en armas, se lo perdonarían tampoco al PP y, por extensión, a Ciudadanos.
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