Las Marsimas ofrece un curso cada dos meses con capacidad para 20 personas, que por lo general se completan.
Aunque la crisis afecta, este año se ha apuntado más gente que en años anteriores. La explicación es bastante sencilla. En 2006 entró en vigor el carné por puntos, por lo que su repercusión fue prácticamente ninguna. A medida que ha ido pasando el tiempo, aumenta el historial de infractores, y es lógico que se incremente el número de personas que se inscriben a los cursos. Seguramente, si no hubiera crisis, se apuntarían muchos más.
El responsable de Las Marismas asegura que lo que sí se está notando es que hay más gente que conduce sin permiso, bien porque no lo tenga, o bien porque esté vencido. Es más considera que el que pierde los puntos sigue conduciendo.
En cuanto a las personas que más se dejan ver por los cursos son las que tienen edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, sobre todo hombres, muy pocas mujeres, apenas un 1 por ciento del total.
Los motivos más habituales que llevan a perder los puntos son el consumo de alcohol o de estupefacientes.
Ley Ómnibus
Pero ahora el asunto que más preocupa a las autoescuelas es la Ley Ómnibus, aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado viernes, y que modifica 47 leyes estatales de sectores como el de la energía, el transporte, las comunicaciones, la agricultura o la sanidad, y pretende liberalizar el sector servicios para ganar, presuntamente, en eficiencia, productividad y empleo.
Esta ley también modifica otras normas referidas a la administración pública, consumo, servicios profesionales, empleo, servicios industriales y de construcción, así como de leyes que tienen que ver con el medio ambiente.
Su objetivo principal es impulsar la creación de empresas, la competencia y la internacionalización de las pymes en el sector servicios, que representa el 66 por ciento del Producto Interior Bruto y del empleo en España.
En Cádiz, y en el resto del país, esta noticia no ha sentado bien. De hecho, se estima que el sector puede llegar a perder la mitad de los puestos de trabajo que en la actualidad sostiene.
Dicha liberalización permite que cualquier comercio imparta formación sobre el permiso de conducir o que alguien sin permiso de conducir pueda formar a los alumnos que lo quieran obtener. Una norma, que a priori, choca con la seguridad vial.
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