Polvorones, mazapanes, alfajores... Aún no divisamos ni de lejos las Navidades, pero antes de que nos demos cuenta las tendremos otra vez encima. En el Parque Atlántico, en Jerez, pueden disfrutar de algo parecido a los dulces navideños todo el año.
Almendras, miel, canela, frutos secos, hojaldre. La repostería artesanal andaluza tiene muchas reminiscencias de nuestros antepasados árabes. La dominación musulmana durante ocho siglos nos dejó un legado impagable en nuestra gastronomía que aún hoy perdura.
Hace treinta años, una mujer árabe, Suher, de padre sirio y madre libanesa, se vino a vivir a España y desde hace un año regenta su propio negocio. Una modesta tienda que en pocos metros cuadrados reúne un sinfín de recetas de su país que en absoluto nos resultan desconocidas por sus ingredientes. Muchas de ellas forman parte de recetario familiar desde hace 150 años.
En sus mostradores se amontonan platos salados (empanadillas de atún, de queso o de carne; tortas de orégano o pollo con arroz al estilo saudí) con dulces árabes que hacen las delicias, nunca mejor dicho, de su cada vez más numerosa clientela.
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