El próximo 18 de septiembre se conmemora el centenario de la República del Rif. Dirigida por Abd el-Krim se cumplía el sueño así de muchos rifeños de unificar las dispersas y a veces enfrentadas tribus del Rif para formar un estado independiente.
La proclamación se produjo unos meses después de la humillante derrota de las tropas españolas en lo que se conoció como “el desastre de Annual”. Fue un intento colonial más de una potencia menor, en retroceso, por conquistar un territorio que era de los rifeños y que arbitrariamente se le asignó en el juego de estrategias de las verdaderas potencias de entonces.
Las consecuencias de tamaña derrota a manos de unas tribus mal armadas, que los racistas militares españoles menospreciaban, fueron de calado. En septiembre de 1923 el general Miguel Primo de Rivera organiza un golpe militar con el apoyo del monarca borbón Alfonso XIII e instaura una dictadura militar.
Entre tanto bajo el liderazgo de Abd el-Krim la República del Rif da sus primeros pasos. Se proclama el 18 de septiembre de 1921, tras la convocatoria de un Congreso General con representación democrática de todas las kabilas. La recién proclamada República se declaró independiente, se dotó de bandera, aprobó una constitución de 40 artículos, estableció policía, un precario sistema de salud (España y Francia bloquearon la llegada de cualquier material humanitario al Rif) y de enseñanza. Eran los primeros pasos para un estado moderno y democrático.
Declararon «Nunca hemos reconocido este protectorado y nunca lo reconoceremos. Deseamos ser nuestros propios gobernantes y mantener y preservar nuestros derechos legales e indiscutibles, defenderemos nuestra independencia con todos los medios a nuestro alcance y elevaremos nuestra protesta ante la nación española y ante su inteligente pueblo, quien creemos que no discute la legalidad de nuestras demandas».
En todas las proclasmas rifeñas se insiste en la voluntad de paz hacia el pueblo español, en la necesidad de acuerdos legales basados en el diálogo y el reconocimiento mutuo de la buena vecindad.
Un espíritu lejano del que animaba a los militares españoles que tras el golpe de estado querían completar la conquista colonial y vengarse de los rifeños. La guerra duró 6 años, hasta que en 1926se derrota a los rifeños y Abd el-Krim tiene que exiliarse.
Durante esa terrible guerra, que tuvo su punto culminante en el “desembarco de Alhucemas” en septiembre de 1925, se emplearon por primera vez armas químicas como la iperita contra zocos y medinas de las kabilas rifeñas, cuyas secuelas duran aún pasados cien años
La guerra del Rif está muy ligada a nuestra historia. Aunque solo sea porque los generales que participaron en ella fueron los mismos que luego se alzaron contra la democracia y desarrollaron una guerra sin cuartel contra el pueblo español.
Creemos que nuestro país tiene una deuda con el pueblo rifeño no saldada y que se perpetúa cuando España mira hacia otro lado ante la represión desatada por el régimen dictatorial de Mohamed VI sobre el pueblo rifeño y el Hirak en nuestros días. Una deuda que es obligatorio saldar.