El Loco de la salina

A ver si nos vamos entendiendo

En el manicomio nos alegramos de que se hagan cosas en La Isla, como lo que se va a instalar en el antiguo Tiro Janer frente a la fuente del óxido.

Publicado: 06/09/2021 ·
14:10
· Actualizado: 06/09/2021 · 14:10
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Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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La Isla está cogiendo un nivelazo de categoría. Según nos hemos enterado, el Ayunta y miento va a organizar cursos de inglés para los hosteleros. Y a los locos nos parece bien, porque el saber no ocupa lugar en el cerebro por muy pequeño que lo tengamos. Parece ser que el objetivo fundamental es que el personal esté preparado para atender a los guiris que aterricen por aquí y huir de pegar gritos para que nos entiendan, que es lo que hasta ahora hemos hecho.

Este sistema ha dado buenos resultados, aunque agotadores, hasta el presente, y entre manotazos, señales, aspavientos y sobre todo gritos, el guiri ha tenido que entender a las bravas. Pero los tiempos han cambiado y ya estamos en el camino auténtico de la perfección. Lo que pasa es que esos cursos podrían también ser de sueco, de noruego, de finlandés o de chino mandarín.

Porque vamos a ver. Hagamos unos sencillos cálculos sobre este asunto. ¿Cuántos ingleses vienen a La Isla al cabo del año? En invierno me atrevería a decir que cero patatero. Y en verano vienen buscando el sol, y hoy por hoy el sol que más calienta está en los hoteles de Chiclana. Y, si caen por aquí por casualidad, nos preguntamos cosas tan primarias como dónde se alojarían.

El guiri que llega quiere tener tres cosas claras: qué va a comer, dónde va a comer y dónde se va a alojar. Tenemos material de sobra para responder a las dos primeras preguntas gracias al esfuerzo de nuestros hosteleros cañaíllas, pero se nos pone cuesta arriba la respuesta a la tercera. ¿Dónde los metemos, madre mía de mi alma? Eso sí, nuestros hosteleros sabrán decir en inglés desayuno, cerveza, pan y algunas frases cortitas, como por ejemplo, ¿qué van a tomar los señores?, pero el problema no es ese, el problema es a quién se lo dicen, si no hay guiri que lo escuche.

En el manicomio nos alegramos de que se hagan cosas en La Isla, como lo que se va a instalar en el antiguo Tiro Janer frente a la fuente del óxido. Dicen que allí irán centros comerciales (parece que no hay bastantes en La Isla) y sobre todo un pedazo de hotel.

En mis salidas del manicomio no paro de escuchar que aquí lo que hace falta son hoteles con la vista puesta en Camposoto. Daría de comer a muchos sectores: alimentación, transporte, hospedaje… Una utilización normal de los terrenos militares de Camposoto sacaría a La Isla entera del paro y por fin atraería al turismo extranjero.

Defensa dice que por aquí, cuando saben en Madrid que España entera no tiene dinero para pagarle a La Isla los enormes servicios prestados históricamente a la nación. Si se aprovecharan esos terrenos, nuestros hosteleros podrían ya lucir sus conocimientos de inglés recién adquiridos en los cursos de marras. Por otra parte, se puede dar el caso de que nuestros queridos hosteleros terminen sabiendo hablar perfectamente en inglés, pero no tengan con quien hablarlo.

Seguramente en los bares tendrán que poner muñecos como hacen los futbolistas para entrenarse tirando faltas con barrera, y ejercitar con ellos todos los conocimientos de inglés que les vayan dando, pero sin esperar una puñetera respuesta.

En todo caso, los locos pensamos que nuestros hosteleros, más que una licenciatura en Filología inglesa, lo que necesitan es que los ingleses se vuelvan locos como nosotros por venir a pasar sus largas temporadas en La Isla.

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