Curioso Empedernido

Al límite de lo posible

En demasiadas ocasiones, creamos personajes e historias, en las que apenas sucede nada, salvo las rutinas que se cumplen como ritos

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  • Juan Antonio Palacios. -

Hay cosas que entendemos y otras que por mucho que nos la expliquen no logramos comprender, como por ejemplo hasta donde podemos soportar y cual es el límite de nuestras resistencias, si somos capaces  de  humanizar el dolor, para que Lo vivido y lo sentido  no sean tan crueles.

Olvidar el presente e imaginar el futuro hasta construir todos los relatos posibles en paraísos artificiales, mientras que la realidad nos pone a prueba constantemente entre momentos dulces que no quisiéramos que se acabaran y amargos espacios en los que jamás nos gustó estar.

En demasiadas ocasiones, creamos personajes e historias, en las que apenas sucede nada, salvo las rutinas que se cumplen como ritos que conducen a la indiferencia. Somos en gran parte la prolongación de nuestro pasado a través de nuestros recuerdos.

Debemos aprender a decidir por nosotros mismos y ponernos limites , analizando los pros y los contras No podemos mirar para otro lado , como si nada existiera, y escuchar los mensajes de nuestras voces interiores , para encontrar todo lo que necesitábamos para recargar nuestras energías. 

Conducimos por calles anchas y estrechas, obedeciendo las señales de tráfico y respetando las luces rojas y verdes, desempeñando nuestro papel sin ir al límite del ridículo de aquellos que nunca debieron irse, hablando con el corazón  riéndonos en el desfiladero  y atreviéndonos a buscar ayuda.

Al limite de lo posible somos muy patriotas con las hazañas de otros , pero somos incapaces de lograr los objetivos que pretendemos con nuestros propio trabajo individual, mostrando una persona con nombre y apellidos detrás de cada proyecto y no una compañía ni una sociedad limitada.

Por ello cuando hablamos de nuestras vacaciones no nos gusta hablar de un centro internacional ni un hotel para los turistas sino un hermoso lugar de encuentro de gente con nombre y apellidos, con su personalidad y singularidad propias,  y no una fotografía anónima  de quienes han perdido su pasado.

Queremos estabilidad, para que podamos investigar sin robarles horas al sueño y sin necesidad de emigrar para tener que hacerlo fuera  de nuestras casas para que nuestras vidas se conviertan en el negativo de lo que debió ser, sin sentirnos atrapados y sin tener futuro.
Nuestra forma de ser y estar no cabe en las palabras y necesitamos lejanía para saber que queremos ser., para celebrar lo que nos une , para experimentar un placer redondo con lo que olemos, vemos y comemos, para construir historias en las que no nos reconocemos ni entendemos , quienes fuimos.

No debemos justificar lo injustificable hasta el límite de nuestras fuerzas, ni ver y aceptar como normal , lo que realmente no lo es, ni vivir como un fracaso lo que es un éxito, las rigidices frente a las necesarias renovaciones, los usos mirándonos en los abusos.

Vivimos en una época en la que es fácil superar los límites , en la que es necesario sumar en lugar de restar, darnos la bienvenida en vez de despedirnos , en admitir las diferencias en lugar  de ser rehenes de la uniformidad . Debemos estar preparados para el éxito y el fracaso , para abrir las puertas a nuestros ascensos y subidas o saber asumir nuestros descensos y precipicios.

Es fácil apretar un botón rojo y dinamitarlo todo, en vez de echarle coraje y constancia, para conseguir nuestros objetivos, sin desventuras ni desencantos , sin broncas ni mentiras , sin necesidad de movilizar a los extremistas y desalentar a los templados y serenos, sin alentar los enfrentamientos y prestándonos ayuda.
            

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