El impacto de la Semana Santa en la evolución de contagios es toda una incógnita pero el presidente de la Junta, Juanma Moreno, augura “dos meses y medios complicados”. “El buen tiempo y los festivos han creado la falsa sensación de que lo peor ha pasado”, lamenta Antonio Aguado, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), quien reprueba comportamientos incívicos durante estos días, con colas en torno a los templos donde no se respetaban las distancias de seguridad y terrazas atestadas de clientes. “Se ha perdido el miedo pero la presencia de la variante británica (especialmente contagiosa) es muy significativa”, advierte.
Los datos facilitados por la Consejería de Salud y Familias indican un incremento de la incidencia a nivel autonómico, superando la tasa de 150 casos por cada 100.000 habitantes y encendiendo las alarmas por riesgo elevado. La provincia de Cádiz, por su parte, también ha registrado más casos, anotando el miércoles el récord mensual de marzo, y otros 550 en las últimas 72 horas. Pero el Gobierno autonómico no ha actualizado los valores que indican la peligrosidad.
“Por el momento solo cuatro localidades, Ubrique, Alcalá del Valle, Bornos y Puerto Serrano, arrojan resultados elevados de contagios”, matiza Juan Antonio Córdoba, especialista en medicina preventiva y salud pública y responsable de la Unidad de Promoción y Vigilancia de la Salud del Hospital de Jerez.
Y, si bien reconoce que la positividad se ha incrementado del 5 al 10% en las pruebas realizadas y adelanta que mañana habrá presumiblemente un repunte porque se informará de todos los tests de antígeneos positivos desde el pasado día 30, confía en que la cuarta ola “sea menos aguda y menos explosiva” que la tercera.
En primer lugar, señala que las restricciones a la movilidad han sido más estrictas, aunque se haya retrasado el toque de queda a las 23.00 horas. Los cierres perimetrales, han reducido el número de encuentros, especialmente los intergeneracionales, que son los más peligrosos en cuanto a la transmisión del virus.
Por otro lado, la campaña de vacunación no discurre al ritmo deseable. En Cádiz, se ha administrado el fármaco a 205.960 personas y 69.403 están inmunizadas. Pero, la clave está en que la población más vulnerable ya tiene defensas, subraya. Las residencias de mayores “están limpias de Covid-19”. Y los profesionales sanitarios ejercen con mayor seguridad. “Hemos llegado a tener 200 trabajadores del Área Sanitaria de Jerez, Costa Noroeste y Sierra, en su casa, contagiados o en cuarentena; ahora son cinco o seis”, subraya. “Lo normal es que la vacunación reduzca tanto la presión hospitalaria como la letalidad”, resume el también miembro del Grupo para la Investigación en Salud Pública de Cádiz (Gispca).
Sin embargo, en las unidades de cuidados intensivos existe especial preocupación porque los efectos de la tercera ola se siguen notando. Por zonas, porque en Jerez, apenas quedan ingresados, pero en Cádiz, asegura Ángel Sánchez, intensivista del Hospital Puerta del Mar y miembro de la junta directiva de la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Samiuc), el 30% de las camas disponibles están ocupadas aún por pacientes Covid. Hasta ahora, “el 10% de los infectados acaba en el hospital y de ese porcentaje, en torno al 8-10% termina en UCI”, con una mortalidad de cerca del 40%, explica Sánchez, quien espera que no ocurra como en Navidad. En cualquier caso el golpe lo notarían a mediados de mes. El ritmo de contagios durante esta semana concretará más atinadamente el volumen de la ola.
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