Las actuaciones en Enrique Enríquez, desde Antonio Machado hasta la Calle Miguel Hernández, y en Antonio Machado, desde Caños Dorados hasta San Francisco pretenden, además de la renovación estética y funcional, una adecuación a las características de estas calles de marcado carácter comercial y gran volumen de tránsito, tanto de peatones como de vehículos.
Enrique Enríquez y Antonio Machado poseen, tras la actuación, una imagen unificada en solerías, mobiliario urbano y alumbrado, y se ha reordenado un espacio muerto existente al final de la calle Enrique Enríquez para convertirlo en una pequeña placita con ajardinamiento y bancos. Al alinear el acerado se han rebajado los bordillos en los pasos de peatones y eliminado las barreras arquitectónicas, el asfaltado también se ha remozado y se han acometido las canalizaciones para el soterramiento de cableado. En el desarrollado de los trabajos han trabajado una docena de personas.
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