Si hay algo valioso en este mundo es el trasplante de órganos. En España, se trasplantaron 1.777 órganos en 2020. Nuestro país se sitúa entre los primeros países del mundo en el campo de la donación de órganos por vigésimo año consecutivo, con 48.3 donantes por millón de personas, lo que representa el 20% de las donaciones de la UE y el 6% de las donaciones mundiales. Así lo avala el Registro Mundial de Trasplantes que es gestionado por la ONT (Organización Nacional de Trasplantes). Esto implica que en nuestro país se realizan, en proporción, muchos más trasplantes que en el resto de la UE (Unión Europea) y países como EE.UU.

El trasplante de órganos es un tratamiento médico que consiste en reemplazar un órgano enfermo por otro que funcione correctamente. Este órgano puede ser aportado por un donante vivo o ser obtenido de personas fallecidas. El trasplante se puede hacer siempre que se dé compatibilidad en factores como el grupo sanguíneo y el tamaño del cuerpo.

En España el primer trasplante se realizó el 23 de julio de 1965 y lo realizaron dos médicos, Gil-Vernet y Caralps Riera, que trasplantaron un riñón de un donante fallecido en Barcelona.

Ser donante de órganos es un compromiso completamente altruista con el resto de seres humanos. Hoy en día es considerado uno de los mayores actos de bondad que existen. No hay que olvidar que muchas personas necesitan o necesitarán órganos el día de mañana para seguir viviendo. Para ser donante de órganos debes solicitar una tarjeta que te identifique. El carnet de donante es un documento que se solicita y formaliza en vida. Se puede conseguir en la oficina de Coordinación Autonómica de Trasplantes y a través de los Centros de Salud y Hospitales. Puede anularse mientras el donante lo desee. Este documento no es imprescindible en España para ser donante, si bien algunas personas lo consideran útil y desean llevarlo como un compromiso adicional a su decidida voluntad de donar sus órganos. Siempre que cumplas los requisitos necesarios, puedes solicitar la tarjeta de donante en la web de la Junta de Andalucía.

Toda persona mayor de edad que no esté incapacitada, puede decidir donar sus órganos tras su muerte. Pero, además, existen donaciones en vivo. Los donantes vivos son aquellos que donan un órgano doble, como por ejemplo: el riñón. En todo caso, para prevenir y evitar el tráfico ilegal de órganos humanos, existe una regulación y vigilancia.

Todo el mundo no está de acuerdo con el trasplante de órganos. Aunque el 72% están a favor, existe un 28% de personas que se muestra en contra por diferentes motivos. Depende de cada persona y de sus creencias la decisión de ser donante, y en algunos casos, de aceptar, o no, una donación de órganos para salvar la propia vida.

No es fácil recibir un órgano. De acuerdo con el Departamento de Salud de EE.UU,  había, en abril de 2018, 114.000 pacientes en espera de un trasplante. No es sencillo que esté disponible el órgano necesario y no siempre es posible hacer los trasplantes, ya que hay unos requisitos médicos de compatibilidad y de prioridad para realizar los trasplantes.

Conocemos un caso próximo a nosotras. Una persona, tras realizarse un análisis, tuvo un resultado fuera de los valores normales de la creatinina, (que es la proteína que indica si funciona adecuadamente el riñón). Una vez detectado el problema, se intentó solucionar con medicación y dietas. Como no funcionó, se empezó a preparar a la paciente para hacer diálisis (proceso de depuración de la sangre a través de una máquina), y para saber si era posible realizar un trasplante. Se empezaron a hacer pruebas. (Eeste proceso puede durar hasta un año). Si todas las pruebas indican que es posible hacer el trasplante, entra en la lista de espera. En caso de que las pruebas sean negativas, viviría gracias a la diálisis.

El tiempo de espera para un trasplante no es estable, todo depende de cuándo aparezca un órgano compatible contigo. En este caso, la paciente fue llamada dos veces, la primera vez el órgano no era compatible, la segunda vez se realizó trasplante. El donante fue anónimo (quien recibe el órgano no sabe de quién es). Después de quince días en el hospital, si todo va bien, te vas a casa, aunque sigues con las visitas al hospital para hacer un seguimiento. No siempre hay un final feliz: en algunos casos el órgano, aunque sea compatible, puede fallar.

Conocemos otro caso en el que la donación fue realizada por una persona viva. La paciente necesitaba un trasplante de riñón y no llegaba. Después de un tiempo en diálisis, el marido decidió donarle uno de sus riñones. Tuvieron que realizar múltiples pruebas y al fin pudieron realizar el trasplante. Todo salió muy bien y los dos viven con un riñón.

Para terminar nuestro artículo, queremos animar a los lectores y a las lectoras a hacerse donante de órganos para salvar vidas, de la misma manera que te gustaría que alguien lo hiciese por ti.

 

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Alumnado del IES Los Molinos participan con sus trabajos con el periódico Viva Conil divulgando sobre ciencia y otros temas importantes en su realidad cotidiana. En esta ocasión ha sido redactado por  las alumnas Andrea Fernández Jiménez y Julia Navarro Aragón de1º ESO C.