Ni los anuncios constantes de nuevas vacunas, empañadas en parte por el descubrimiento de nuevas variantes del Covid-19, ni la cada vez más cercana llegada de los fondos Next Generation para la reactivación levantan el ánimo de las previsiones económicas.
2021 se presenta como un año gris, aún muy marcado por la pandemia, sin un gran rebote económico ni grandes explosiones en la creación de empleo que compensen la debacle del pasado año.
Así, lo cree al menos el Observatorio Económico de Andalucía (OEA). Su nueva estimación, tras analizar el comportamiento de la economía andaluza en el cuarto trimestre del pasado año, es que el
Producto Interior Bruto (PIB) crezca un 6% en 2021.
Dudas en la evolución
Un crecimiento económico que será muy similar al del conjunto de España. Esto provocará, a pesar de lo esperado antes de
sufrir la virulencia de la tercera ola, que la recuperación a niveles prepandemia se vuelve a retrasar: De 2022 a 2023. De momento.
Porque la incertidumbre que genera el
funcionamiento de la vacuna y el ritmo de vacunación que logre no sólo España sino todos los países del mundo no permite dar estimaciones absolutas. Y menos absolutamente positivas.
"El
Panel de Expertos del Observatorio Económico de Andalucía considera que la economía andaluza podría cerrar el año 2021 con un crecimiento del 6%, lo que retrasaría alcanzar el nivel de producción previo a la pandemia hasta 2023. La previsión realizada está condicionada por el mantenimiento de una todavía elevada incertidumbre sobre la evolución epidemiológica de la enfermedad, la eficacia y el ritmo de inmunización de la población, el daño que acumule el tejido productivo o el mantenimiento de las medidas de apoyo a trabajadores y empresas", explica el documento elaborado por la OEA, presentado hoy en la
Fundación Cámara de Comercio de Sevilla.
Análisis
El presidente del Observatorio,
Francisco Ferraro, aseguró además que esperan que el primer trimestre de 2021 sea de contracción, lo que se suma a la pérdida del 11,8% del PIB en 2020.
Esta tendencia provocará que la tasa de paro, que cerró con un
22,7% de la población activa, cerca del millón de personas y más de seis puntos y medio que la media española, no baje en 2021, incluso puede que aumente ligeramente.
Eso sin contar con los más de
143.000 trabajadores andaluces que todavía están en un ERTE y los autómonos que están sobreviviendo artificialmente gracias a las ayudas públicas, lo que elevaría la tasa de paro al 26,3%.
En esta línea, Ferraro pidió más transparencia en los planes que ha presentado la
Junta de Andalucía y que presentará el Gobierno central para optar a los fondos Next Generation con el objetivo de reactivar la economía y crear empleo y riquezas los próximos años.