El Loco de la salina

¿Qué tiene el obispo contra Conil?

A los locos se nos ha venido a la mente la imagen de los sepulcros blanqueados, de los hipócritas de medio pelo y de los que van por el mundo creyéndose algo.

Publicado: 30/11/2020 ·
22:32
· Actualizado: 30/11/2020 · 22:32
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  • Conil de la Frontera.
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Los locos tenemos muchos defectos; el principal es que decimos muchas tonterías, pero también gozamos de un sentido de la justicia que más quisieran tener algunos que yo me sé y que están ahí fuera dándose incluso innumerables golpes de pecho. Y digo esto, porque otra vez el obispo de Cádiz salta a las primeras páginas y arremete con todas sus fuerzas eclesiásticas contra nuestro paisano Rafael Vez Palomino. Dice Rafael Vez que ha recibido del obispo un Decreto, firmado sin rubor y que lleva todos los avíos del puchero, es decir, sus sellos, dibujos, emblemas y demás parafernalia; en él se le comunica que queda suspendido de un montón de cosas y no se le suspende la respiración porque no cabían más líneas en el papel timbrado.

En resumidas cuentas, quien pone cara de bueno, quien alza sus ojos al cielo, cruza sus dos manitas como quien no ha partido un plato en su vida y mueve un poquito sus labios dirigiéndose, él sabrá a quién, es el mismo que descarga toda su bilis contra el cura Rafael sin que manifieste un poco de la ternura que tendría que tener y no tiene. A los locos se nos ha venido a la mente la imagen de los sepulcros blanqueados, de los hipócritas de medio pelo y de los que van por el mundo creyéndose algo.

Prácticamente se le deja a Rafael con una mano delante y la otra detrás para que aprenda a estar calladito. Y, como la venganza es un plato que se sirve frío, el obispo ha esperado que bajen las temperaturas para asestar un golpe diabólico a la parte más débil, para dejarlo sin un trozo de pan que llevarse a la boca. El Decreto termina con una puñalada trapera dada con un cuchillo de trapo. Se le prohíbe residir en Conil de la Frontera. Lo han leído bien: se le prohíbe residir en Conil.

Pero, ¿qué tiene este hombre contra Conil con lo bonito que es? Estas noticias no deberían darla en los manicomios, porque empiezan los locos a reírse y ya no paran durante varios días. Y mientras, muchos de sus compañeros de oraciones y de sotanas se quedan callados como muertos y como unos auténticos cobardes esperando que el cielo reparta suerte. Aquí hay un loco, que, desde que se enteró de la noticia, anda por los pasillos repitiendo todo el día y toda la noche el número 39.

Le pregunté por qué estaba en ese plan. Me contestó que el 39. He estado investigando y ya me he dado cuenta. Se refiere al artículo 39 de la Constitución, que dice: “Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional…”. Cuando se lo he leído a mis amigos, todos me han preguntado que este obispo quién se cree que es y a qué dedica el tiempo libre. Ya nos hace dudar sobre si bebe demasiado o se abstiene demasiado. Este “señor” vuelve a olvidar que estamos en el siglo XXI, y que el siglo XIV ya pasó hace tiempo afortunadamente.

En aquella época, si un cura se enfrentaba al obispo, era carne de cañón y más le valía desaparecer del mapa. Pero para este señor los tiempos no cambian, y él menos. ¿Hasta cuándo? Ya estamos empezando a creer que el obispo no tiene toda la culpa, sino que hay que mirar más arriba y ver quién lo mantiene ahí. En todo caso, que hablen los tribunales, pero los tribunales civiles, no los que le convienen al sujeto. Estamos locos por ver a este obispo sentado en el banquillo dando explicaciones. Amen.

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