El plan de rescate es el segundo aprobado por la Administración del presidente George W. Bush tras un primer paquete de medidas por valor de 700.000 millones de dólares (cerca de medio billón de euros). Durante la tarde de ayer, la reacción del índice Dow Jones no pudo ser más tibia. Se quedó como estaba. El plan contempla la compra de activos hipotecarios y también servirá para avalar créditos al consumo, para ahorradores, consumidores, estudiantes y personas con hipoteca, así como para la compra de coches.
Desde la administración Bush se ha puesto de relieve que la medida dará liquidez a las empresas y es crédito directo que ayudará a los consumidores. El anuncio fue hecho precisamente el día después de la presentación del equipo económico del presidente electo, Barack Obama, que tendrá que apechugar con las medidas de última hora de Bush.
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