Subcampeón en la pasada edición de Corea del Sur'07, el conjunto de Ginés Meléndez se sobrepuso a la derrota en semifinales contra Nigeria y sacó un difícil triunfo ante el luchador cuadro colombiano, que se quedó a las puertas de alcanzar la mejor posición de su historia.
España, víctima en el penúltimo encuentro de su peor partido y del poderío físico de Nigeria, acumula ya en los Mundiales sub’17 tres subcampeonatos (1991, 2003 y 2007) y dos terceros puestos (1997 y 2009), con lo que ratificó su condición de potencia universal de la categoría.
Le costó mucho superar a Colombia, con la que había jugado dos partidos de preparación en Las Rozas, en la Comunidad de Madrid, con un balance de un triunfo (3-0) y un empate (1-1), por lo que ambos equipos se conocían muy bien.
Los sudamericanos se plantaron en semifinales de manera inesperada a base de momentos heroicos y de un espíritu de lucha y fe encomiables, y cuando el talentoso Isco marcó el tanto del triunfo español a un cuarto de hora del final los hombres de Ramiro Viáfara acababan de tener sus opciones de adelantarse en el marcador.
España había dominado desde el pitido inicial, había monopolizado el manejo del balón y había tenido ocasiones, pero sin acierto en los metros finales, y los de Ramiro Viáfara, que se habían dedicado a contener, habían despertado y habían generado dos grandes oportunidades por medio de Cuero y Castillo.
Instantes después, Isco aprovechó un balón dentro del área, tras un fallo propio, para rubricar con un remate colocado la superioridad española que los colombianos, habituados a crecerse en este Mundial en los últimos minutos, comenzaban a cuestionar.
Fue la acción que desequilibró la balanza, que premió el mejor fútbol y la iniciativa de la selección española, que ha sacado la cara de la cantera hispana en un año un tanto complicado y discreto respecto a resultados.
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