Atando Cabos

Pan para los patos

Decir que se puede comer menos pan, carne y huevos, pero de mayor calidad es fácil, lo difícil es que puedan hacerlo los que viven en el umbral de la pobreza

Publicado: 21/10/2020 ·
09:14
· Actualizado: 21/10/2020 · 09:14
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Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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Los que comieron el pan negro de la posguerra, no piden en la panadería pan de centeno por mucha fibra que tenga. Es difícil olvidar las colas del Racionamiento, donde daban un bollito por cada miembro de la familia. Había que hacerlas temprano cuando lo de la ropa interior era un lujo al alcance de muy pocos. Un jersey, un pantalón corto o una falda y unas alpargatas, así te sorprendía las siete de la mañana en la cola de la panadería. Muchos después de esa cola no volvían a casa en todo el día, porque el hambre era tanta que se zampaban el pan familiar en tres bocados. Cómo volver a casa entonces, con la talega vacía, si te esperaba una paliza.

Estas personas mayores no entienden el pan de ahora, el pan congelado de gasolineras y supermercados, blando como chicle en el día y duro como el turrón al siguiente. Dicen que es pan sin harina, que está hecho sólo de agua. La verdad es que estos dos ingredientes no son los únicos que intervienen en la composición de este producto panario al que no sé si se le debe llamar pan. Los patos tienen claro que no, por mucho que ahora el precio haga que se compre sin medida y que haya siempre para tirar.

Es cierto, es barato, pero porque han hecho con él, como nos hicieron con la carne.Ésta era alimento de ricos, escasa y cara en su producción. Luego llegaron los estabulamientos, los piensos artificiales, las hormonas, los antibióticos para evitar que se extendieran las enfermedades. Con todo este proceso la carne apareció a precios bajos y llegó a las mesas de todos. La balanza se inclinó hacia el otro lado: se consume demasiada carne y de una calidad ínfima; en vez de poca y de gran calidad.

Qué alimenta un huevo de una gallina criada en granja, sin espacio para moverse, con la luz encendida de día y de noche. Con el pico cortado para que no se hiera o pique a las vecinas. Alimentada con piensos que no han visto el cereal ni de lejos. Medicada para plagas y hormonada para acelerar su crecimiento. Este animal sufriente no puede aportar energía alguna a los huevos que pone.

Decir que se puede comer menos pan, carne y huevos, pero de mayor calidad es fácil, lo difícil es que puedan hacerlo los trabajadores que viven en el umbral de la pobreza. Las lecciones no valen para todos, pero quien pueda que se lo piense.

 

 

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