Ha sido repulsivo y carente de compasión oir pronunciar una frase, contra el humanismo de todas las religiones -por descontado del humanismo cristiano- y contra el conjunto de la ética laica, expresada para ABC por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso: “No se trata de confinar al cien por cien para que el uno por ciento se cure”.
Pertinente recordar la frase antológica de la Mishná -la ley oral judía-: "Quien salva una vida salva al mundo entero".¿Quién no se ha emocionado con ella en los actos de homenaje a los que salvan vidas, arriesgando la propia? La mas conocida, la escena final de la película ”La lista de Schindler”, de Steven Spielberg.
Con la filosofía descarnada que encierra su “No se trata de confinar al cien por cien de los ciudadanos para que el 1 por ciento contagiado se cure, se trata de detectar al 1 por ciento que va contagiando y que el 99 por ciento salga a la calle a buscarse de vida”, es evidente que la presidenta madrileña no podrá tener nunca el honor de asimilarse a los que están reconocidos entre Los Justos entre las Naciones en el Muro de Honor del Jardín de los Justos de Jerusalem. Entre ellos se hallan los diplomáticos españoles Ángel Sanz Briz, Sebastián Romero Radigales, José Ruiz Santaella y hasta 28.000 personas que salvaron vidas de judíos frente al satánico proceso de exterminio decretado por los nazis. Pusieron en peligro las suyas para salvar las de otros. Se sintieron concernidos por la injusticia y la maldad cometidas sobre otros. Y los salvaron de una muerte segura.
Todas las vidas son iguales. Los médicos y enfermeros, el personal completo de los hospitales, los suministradores de servicios y materias esenciales han sido -y siguen siendo- nuestros “Justos entre las Naciones”. En una pandemia que hacía un siglo que no se conocía con las presentes dimensiones, inexplicada aún por los científicos, sin vacuna, terrible en sus consecuencias mortales, que no distingue entre sus víctimas, han sido nuestros héroes que se han comportado conforme al rabínico: “Quién salva una vida salva al mundo entero”. Lo están dando todo por salvar cada vida. La han pagado con la suya miles de ellos. Con el 1% de Ayuso no importarían 66.000 en Madrid, ni 473.000 en España. Es la diferencia de lo específicamente humano.
