Matrícula de deshonor

Traición

Ser legal es la esencia del respeto, es la materialización de la honradez y lleva consigo una moralidad que ya nadie quiere

Publicado: 21/09/2020 ·
10:46
· Actualizado: 21/09/2020 · 10:46
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Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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No hay nada más ingrato que la traición, en todas sus formas y acciones. Hablar de la traición es hacer una valoración de la historia de la humanidad, donde dicha actitud ha marcado etapas en todos los ámbitos, dejando cadáveres a su paso sin justificar, bien por el dinero, el placer, los egos personales o la propia envidia. La traición es una de las mayores lacras de esta sociedad, o como bien tituló el periodista Julián Arroyo: “La mayor miseria de los humanos”.

En mi mundo, donde la lealtad aún mantiene unos patrones de conductas muy arraigados, aunque desvirtuada por la circunstancias de los pacientes, se habla de ser ‘legal’, una contradicción un tanto peculiar, pero que para muchos chicos y chicas es cuestión de principios y un acto casi de supervivencia. Ser ‘legal’ va más allá de normas establecidas y centra más su atención en relaciones con y para la familia, amigos y entorno, siendo esa fidelidad la base fundamental de las relaciones, para bien o para mal.

La traición difícilmente pasa desapercibida y no es fácil encontrar a alguien a quien se pueda mirar fijamente a los ojos sin vislumbrar ‘el color de la plata’. Esta desleal y miserable actitud se está naturalizando en esta sociedad actual, degradando los valores que nos han costado tanto adquirir, creándose una fisura por donde los ‘traidores’ se tamizan y camuflan al son de estos confusos tiempos en el que pagar una traición es cosa de otros tiempos. Pero vivir con esa perfidia es todo un esfuerzo que tiende a pasar factura.

 A lo largo de una vida, son muchos los momentos en los que una situación puede llevarte a ese preciso instante en el que debes decidir y optar por un camino u otro, siendo éste determinante para el futuro:  que vivir con las reminiscencias o levantar la cabeza sin temor. Ser ‘legal’ no es una cuestión simple de actitud, es un estilo de vida, con tentaciones constantes en todos los ámbitos. Ser coherente con dicha condición no tiene valor más allá del que uno le dé. Nuestra sociedad está tan podrida, que dicho compromiso es simple calderilla exenta de cambio. Ser ‘legal’ en nuestra sociedad implica tantos conceptos, reúne tantos valores, tantas apreciaciones, que mantenerse firme es toda una odisea, pues cumplir con alguien puede implicar la traición a otros, y encontrar ese equilibrio es la panacea de la que todos se quieren vestir.

Ser legal es la esencia del respeto, es la materialización de la honradez y lleva consigo una moralidad que ya nadie quiere, y por muy triste que nos parezca, todos temen e intentan destruir.

 

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