El punto de encuentro, situado en la avenida Duque de Abrantes (calle Velázquez, 4, 1º), es un espacio neutral donde se realizan las entregas y recogidas o visitas vigiladas de los menores (de forma temporal), en regímenes de visitas con dificultades en su cumplimiento u orden de alejamiento del progenitor hacia la madre custodia.
El perfil de los usuarios de este programa es muy dispar, ya que a este punto -único en la ciudad- acuden familias con distintos ingresos y formación. Eso sí, la mayoría de los solicitantes son mujeres (70%). Asimismo, el 70% son ex parejas de hecho con edades comprendidas entre los 25 y los 36 años. Un 30% de las solicitantes son separadas o divorciadas y sólo un 3% formó una familia intercultural. Además, el 2% de los usuarios ya son abuelos con dificultad para relacionarse con sus nietos. Mediante atiende a un promedio de 100 familias al año, recibiendo a unos 200 niños con edades comprendidas entre los 0 y 14 años (prevalece el tramo de edad de 0 a 6 años).
Según Josefina Benítez, profesional que el próximo 27 de noviembre disertará sobre este tema, el punto de encuentro se erige como un puente entre padre y madre que acompaña a la familia en esos momentos de conflicto candente, derivado de una separación o divorcio. Además, “este servicio -que debe tener un carácter temporal- es fundamental en caso orden de alejamiento, ya que los familiares que se prestan para entregar y recoger al menor terminan cansados al no ser profesionales”.
La directora explica que “los menores se adaptan fácilmente al entrar a una especie de guardería o colegio que es neutral, lejos del insulto y las peleas, y gracias al punto de encuentro, algunos incluso han conocido por primera vez a sus padres o han reanudado la visitas después tres o cuatro años sin contacto. Además, la víctima de violencia de género también se siente respaldada por un equipo de profesionales que actúa o llama de inmediato a la policía si existe algún problema”. Por ello, “Juzgados, Junta y Ayuntamiento han de implicarse en estos servicios de una forma activa”. Asimismo, considera que este servicio tiene que estar debidamente regulado por ley a fin de evitar lagunas.
diferentes modalidades
Al punto de encuentro se accede por vía de mutuo acuerdo entre los letrados, enviando el correspondiente escrito al Juzgado para su conocimiento; por vía contenciosa (sentencia establecida por juez); y por resolución del Servicio de Protección de menores de la Junta de Andalucía, donde se establecen las visitas de la madre biológica con el hijo-a acogido.
Además, hay diferentes modalidades de visita: la entrega y recogida del menor (clima tenso, insultos y falta de entendimiento en los progenitores respecto de las visitas, constantes denuncias por incumplimiento de las visitas por parte de la madre o padre y orden de alejamiento del visitador respecto de la madre custodia) y el apoyo en las visitas tuteladas (antecedentes de drogadicción, alcoholismo, abusos sexuales, malos tratos físicos al menor por parte del progenitor. Casos en que no se conoce al progenitor o el menor no lo ha visto desde un largo periodo de tiempo, suele ser un progenitor sin vivienda en la localidad).
antecedentes
“En España el primer servicio de este tipo se implantó en Valladolid, a través de la asociación Aprome en 1994, siendo de vital importancia en 2003, tras la Ley de Protección de Víctimas de la Violencia Doméstica y en 2005 con la creación de los Juzgados de Violencia Sobre la Mujer. En Cádiz hay tres, uno en Cádiz capital, Campo de Gibraltar y en Jerez (desde el año 2004, la asociación Mediante perteneciente a la Confederación Estatal de Puntos), pendiente de subvencionar por la Junta”, aclara Benítez.
Este servicio lo suelen gestionar las asociaciones, y está compuesto por un equipo técnico multidisciplinar formado por trabajador social, psicólogo, letrado, monitores sociales y “un banco de voluntariado en nuestro caso (licenciados en psicología o diplomados en trabajo social). Todos formados en mediación familiar”.
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