To er mundo e güeno

¡Rebrote, rebrote…. el que no bote!

La Nueva Ruta de la Seda se denomina One Belt One Road Initiative y es el proyecto geopolítico más ambicioso que China ha intentado realizar

Publicado: 10/07/2020 ·
10:40
· Actualizado: 10/07/2020 · 10:41
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Autor

Juaky Bellido

Joaquín Bellido es historiador, administrador de fincas y coordinador nacional de Andalucía por Sí (AxSí)

To er mundo e güeno

Análisis sociopolítico de la actualidad andaluza en general y de la provincia de Cádiz y El Puerto en particular

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Si hubiera brotes que no pudiéramos controlar deberíamos volver a activar el estado de alarma”, así se manifestaba el ministro de sanidad hace escasamente un par de días. Además, hacía hincapié en la advertencia, señalando que “rebrotes hay ya y habrá más” y por todo el mundo, y algunos pueden ser de importancia como el que se está produciendo en China, y contra ellos es necesario actuar “con rapidez y con mucha prudencia”.

Hace unas semanas, en esta misma sección, compartía una preocupación después de ver la ola de conciertos programados en mi pueblo, la gran noria en el río Guadalete, la invitación del concejal de turismo a venir a El Puerto y la falta de conciencia del personal, a pesar de haber estado aplaudiendo durante mes y medio en el balcón todas las tardes a las ocho.

En dos párrafos, dos conceptos, China y Turismo. Al hablar de China, y en plena globalización, nos vienen a la mente cuestiones industriales, comerciales, y como no, el coronavirus. A partir de ahí, podemos hablar de la nueva ruta de seda, que llega a unir la ciudad de Wuhan con Madrid, pasando por el País Vasco. La Nueva Ruta de la Seda se denomina One Belt One Road Initiative y es el proyecto geopolítico más ambicioso que China ha intentado realizar.

Su intención supone abrir rutas comerciales hacia Europa, llevando a cabo, además, grandes inversiones en infraestructuras y planes de desarrollo para los territorios que recorre la ruta. Recuerden Madrid y País Vasco.

El segundo concepto es la condena. Andalucía, su litoral, fundamentalmente, recibe en julio y agosto a millones de personas gracias al turismo. Un sector económico que parece exclusivo y vital, por desgracia no complementario de otros sectores económicos que permitan no llorar la migaja ni sufrir la estacionalidad. Hablamos de la pena impuesta a un pueblo, que en vías de desarrollo, ve como sus potencialidades se ven marginadas. Baste el eterno ejemplo del Puerto de Algeciras, denigrado porque Bruselas y Madrid deciden apostar por Sines en Portugal y Valencia o la salida continua y constante de trabajadoras y trabajadores.

Ambos conceptos bien definidos y marcados, China y Turismo, que nos recuerdan un virus globalizado y una pandemia mundial, así como el aislamiento económico, que demostró una menor afección durante el primer brote en la mayoría de nuestros pueblos. ¿Recuerdan cuando decíamos  aquello de cerrar Madrid? No cerraron Madrid, cerraron todo el Estado.

¿Recuerdan los telediarios? ¿Recuerdan el mapa de afectados? Afectados por la Madrileñización más absoluta de los medios de comunicación, sufrimos sus casos como nuestros, sufrimos la infección como nuestra, cuando es ahora, a través de la condena económica impuesta desde el estado, cuando nuestro pueblo está en peligro de sufrir su infección real.

A ver dónde se meten todos esos alcaldes y concejales de turismo que fomentan las masificaciones y animan a la llegada masiva de turistas a sus pueblos si se cumple el presagio del ministro Illa y de muchos que nos movemos con miedo y cautela. El virus no se fue y no hay vacuna. 

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