La escritura perpetua

Y… el fútbol

l fútbol de la ‘nueva normalidad’ es frío. Ese ambiente gélido se ha extendido por todos los ámbitos de la sociedad

Publicado: 01/07/2020 ·
11:44
· Actualizado: 01/07/2020 · 11:44
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Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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El fútbol de la ‘nueva normalidad’ es frío. Ese ambiente gélido se ha extendido por todos los ámbitos de la sociedad. La gente camina por la calle con la mascarilla como si fuera un escudo, y se han perdido el ruido, la alegría, las voces: la vida que tradicionalmente recorría las aceras. Hay una armonía destemplada, una paz armada hasta los dientes, un sosiego tenso. Hay una atmósfera extraña. El jugador onubense Juan Villar, que milita en el Rayo Vallecano, ha dicho: “La esencia del fútbol es la gente y sin ella es difícil. Da pena pisar un estadio vacío”. Este fútbol de post pandemia ha evidenciado la importancia del público. El fútbol pierde una de sus características principales sin gente en la grada y, además, se ha comprobado que uno de los tópicos que lo atravesaban es rigurosamente cierto: el denominado ‘jugador número 12’, es decir, el público, resulta determinante para que gane o pierda partidos el conjunto local. Los grandes, Barcelona, Madrid y Atlético, han mostrado su potencial. Porque las gradas vacías no intimidan. Osasuna, por ejemplo, sin su gente de El Sadar -tan temida por el Real Madrid- pierde un importante porcentaje de su vigor: el Atlético ganó allí (0-5) hace unos días sin aparente esfuerzo. Se trata, pues, de un fútbol con mayor aproximación a la lógica, más previsible, donde finalmente se impone la calidad de las plantillas. Lo ha escrito Carlos Marañón en referencia a las actuales retransmisiones televisivas de partidos: “Con las caras de Bélmez proyectadas en las tribunas vacías y esa especie de Milli Vanilli del sonido ambiente en la banda sonora, y así vamos aguantando el tirón”.   

Con la vuelta del fútbol se han recrudecido las polémicas del VAR, ese invento estúpido. Gerard Piqué ha advertido que la Liga está programada para que la gane el Madrid y algunas inquietantes decisiones arbitrales han parecido otorgarle la razón. Y a todo esto emerge el rojiblanco Marcos Llorente con un potencial físico demoledor y un desconocido olfato para marcar. Llorente ha explicado que duerme en una cama especial, que le costó 35.000 euros, que le ayuda decisivamente a reponer fuerzas (¿cómo sería la cama en la que pasaba sus noches gaditanas Mágico González?)

Pero el fútbol a todas horas y durante todos los días contribuye a la evasión. A olvidar. Se trata de un eficaz antídoto a la tristeza de estos tiempos. Como ha escrito alguien: “Todo para no pensar en la muerte”. Y eso es mucho en esta época sombría.

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