El 76,1 por ciento del profesorado está preocupado porque el alumnado pueda volver desmotivado al colegio para aprender el próximo curso 2020-21, algo que se podría resolver con un cambio en los contenidos del currículo o con nuevas metodologías en la enseñanza.
Es una de las conclusiones del informe "Panorama de la educación en España tras la pandemia de la COVID-19: la opinión de la comunidad educativa", realizada por un grupo de investigadores de las Universidades de Granada y Málaga.
Se trata de una investigación previa a la puesta en marcha del proyecto "Educación Conectada", de BBVA y la Fundación de ayuda contra la drogadicción (FAD), que comprende un conjunto de acciones de emergencia dirigidas al ámbito educativo tras la crisis del coronavirus.
El profesor e investigador de la Universidad de Granada Fernando Trujillo ha subrayado la preocupación de los docentes por cómo volverán los alumnos a su centro, aconsejando que "se les mire a los ojos y se vea cómo se sienten" para hacer un "trabajo emocional y social" y, a partir de ahí, comenzar con el currículo.
De hecho, la gestión de las emociones de los estudiantes preocupa al 61,8 % de los profesores.
En el estudio han participado 5.179 docentes de Infantil (el 10,9 % de los participantes), Primaria (32,9 %), Secundaria (32,8 %), Bachillerato (9,4 %), Formación Profesional (8,8 %) y Educación de Personas Adultas (5,1 %), así como padres, madres y estudiantes.
Los profesores de Infantil y Primaria se inclinan hacia una vuelta a clase con horarios alternos el mismo días mientras que los profesores del resto de etapas apuesta por una alternancia de días, todo ello para mantener las distancias de seguridad.
En cuanto a Infantil, Trujillo ha avisado que no se puede aplicar la enseñanza a distancia como en otras etapas ya que "no es poner vídeos" y "no se puede sustituir un abrazo", pero sí el número de alumnos por clase.
Otras preocupaciones para el profesorado son la gestión de la docencia presencial y a distancia (67,3 %) y poner en marcha actividades de evaluación justas y adecuadas para la situación actual (63,7 %).
Por su lado, las familias han declarado sus dudas sobre si los alumnos han aprendido más o menos, aunque han comprobado como sus hijos se volvían más autónomos en sus estudios y gestionaban de forma diferente sus tiempos.
En cuanto a los estudiantes, el informe arroja la conclusión de que son bastante críticos con las infraestructuras de sus centros educativos, aunque la mayoría quiere volver a clase.
Los expertos del estudio han recalcado de aquí en adelante cuatro objetivos: una mayor inversión, instrucciones claras, y no vagas o superficiales como han sido muchas veces, que la educación presencial sea innegociable pero se combine con la digital y, por último, que todos estos retos educativos no sean solo para los profesores sino que participe toda la sociedad.
La directora general de FAD, Beatriz Martín, ha instado al "consenso" entre las autoridades políticas y ha recordado que estamos en "un momento clave" en educación como se aprecia en el debate sobre la nueva ley Lomloe o tras detectarse la brecha digital.
Además, ha instado a poner el foco en las familia más vulnerables y que se "arranque ya" y se trabaje por buscar soluciones.
La directora de programas sociales en BBVA, Lidia del Pozo, ha recalcado asimismo que la educación y los retos que se plantean tras el coronavirus es "tarea de todos".
Por otra parte, Fernando Trujillo, ha criticado, "como ciudadano investigador en educación", el "espectáculo innecesario" de un Ministerio intentado llegar a acuerdos y algunas comunidades diciendo que no estaban de acuerdo para luego hacer lo que se proponía.
"Se ha jugado a política electoral en detrimento de la política educativa", ha argumentado.
Asimismo, se ha preguntado si el dinero anunciado por el Ministerio no llegará tarde en septiembre para comprar ciertos equipamientos o contratar a docentes.