La Pasión no acaba

Disco de platino

A través de las cortinas pasa un hilo de esa luz que tiene Sevilla cuando la tarde comienza a marcharse. José Carlos está trabaja enterrado en pentagramas...

Publicado: 13/05/2020 ·
13:55
· Actualizado: 13/05/2020 · 13:55
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  • José Carlos Seco. -
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

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A través de las cortinas pasa un hilo de esa luz que tiene Sevilla cuando la tarde comienza a marcharse. José Carlos está todavía trabajando enterrado en pentagramas, estribillos y compases. Su universo es una constelación de corcheas, un compromiso con el sonido, un matrimonio con la melodía. Sentado delante de un piano, de un órgano, con la batuta en la mano delante de la orquesta o con una guitarra, con las yemas de sus dedos en las teclas y la mirada clavada en el artista que pisa las tablas del escenario, siempre bebiéndose los instantes al servicio de la madre música. Sonríe mientras acaricia las notas y lleva en el pie derecho el compás entero de una profesión que le arrebató siendo un niño el corazón. La imagen que siempre me viene al alma de José Carlos Seco está vinculada a una sonrisa, a las notas musicales, a las blancas y a las negras, a los tresillos, a un estudio de grabación, a una sintonía, a un arreglo que no encaja, a un compás de sevillanas.  Es, como su mujer, trabajador inagotable, constante y fiel. A José Carlos le cuesta decir que no y cuenta con el merecido respeto de todos los músicos y artistas sevillanos. Se lo ha ganado con un buen puñado de años de talento, de esfuerzo, de esa condición innata para las cosas que Dios decide quién debe llevarlas para siempre en el rostro, a modo de regalo del cielo.

 

Tengo la guantera del coche rebosando música en la que participa José Carlos Seco. Sus creaciones llenaron en su día mis dispositivos de memoria externa, pero triunfa más en mi memoria interna, en la que vive aquí dentro de mi ser. Yo me entiendo.


Seco no ha formado parte de la filarmónica de Viena, ni falta que le hace. Músico de carretera y manta, de pulso a los kilómetros y a las noches en vela, se formó en las mismas entrañas del cotarro, con una habitación alquilada en la clave de sol que le costó pagar con el sudor de su frente. Este productor valiente y noble ha levantado a pulso su buen nombre.


A esta hora estará, seguro, trabajando ajeno a la redacción de un artículo que pretender ser homenaje y confesión. Le respeto mucho. Admiro a José Carlos. Y me gusta verlo dirigir, tocar, sentir la música. No tiene en la pared de su casa una colección de discos de platino, pero no hay platino en el mundo que pague la colección de sentimientos que ha provocado este artista en mi corazón. Sí, José Carlos es un pedazo de artista, así lo pienso y lo escribo, para siempre. Dejaré este testimonio en las olas del mar para que llegue el mensaje a todos los rincones del mundo. Lo haré en el Mediterráneo y, si hace falta, en el Adriático.

 

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