El líder de la oposición española, el que, cuando llegue la hora de la alternancia política, está presuntamente llamado a ser presidente del gobierno de España, se ha fotografiado en un cuarto de baño, camisa blanca y corbata negra, con cara compungida, triste, descompuesto, el grifo del lavabo abierto y saliendo un agua interminable y con un comentario añadido de la propia boca de Pablo Casado: “Esto es una catástrofe en vidas y un drama en empleo. Aquí nadie va a ganar y ya hemos perdido demasiado todos. Más de 20.000 compatriotas fallecidos merecen nuestro respeto, homenaje y luto”. El motivo de la foto es el lidera ante el espejo. De espaldas y de frente. El líder ante la tragedia española.
Hay que tener tanta frivolidad como desfachatez para llamar a un fotógrafo, ir con él a un cuarto de baño, buscar la luminosidad adecuada, hacer los ensayos pertinentes, comenzar una sesión fotográfica, inspeccionar las distintas tomas y finalmente escoger la adecuada que sirva para trasladar al público la pesadumbre sin límites que embarga al líder por las muertes producidas por la pandemia.
Casado se ha comportado como el continuador - en clave de farsa- del género teatral creado por Valle-Inclán, el esperpento. Luces de Bohemia recoge la escena entre Max Estrella y Don Latino, en el callejón del Gato madrileño -detrás de la Puerta del Sol- donde existían en la calle los famosos espejos cóncavos y convexos que desfiguraban a los que se miraban en ellos:
Max: La tragedia nuestra no es tragedia.
Don Latino: ¡Pues algo seraÌ!
Max:El Esperpento’…… Deformemos la expresioÌn en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España……….
Max: España es una deformacioÌn grotesca de la civilizacioÌn europea.
El espejo de Casado es un esperpento más de lo que están protagonizando algunos en España: La tragedia como oportunidad. La portavoz del Generalitat dijo que “en una Cataluña independiente no habría habido tantos muertos”. El portavoz de Pablo Casado que “El PP lo habría hecho mejor”. Desfigurados, grotescos ante los espejos deformantes del callejón del Gato.
El deseo de utilizar la pandemia como arma política es irrefrenable para los miserables. La deformación de la política. La política como espantajo, como distorsión de la realidad.
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