El vino andaluz ante el reto de la reconstrucción

Publicado: 11/04/2020
Los meses de marzo, abril y mayo, los de mayor venta de todo el año, se han perdido por completo y ahora se enfrentan al reto de la "reconstrucción"
El sector del vino andaluz está viviendo la pandemia del coronavirus con especial preocupación, ya que los meses de marzo, abril y mayo, los de mayor venta de todo el año, se han perdido por completo y ahora se enfrentan al reto de la "reconstrucción" del mercado.

La ausencia de las principales ferias, como la de Sevilla, Córdoba o Jerez, las romerías, como la del Rocío, o las fiestas municipales de primavera, que se nutrían de este producto natural, han dejado un inmenso vacío en las cuentas de las bodegas, que ahora miran a la nueva cosecha con esperanza para afrontar una nueva temporada de transición.

"Las vides están empezando a despuntar", según señala a Efe Juan Manuel Centella, presidente de la sectorial de Asaja Córdoba, y si bien es muy pronto para vaticinar la cosecha que está por venir, en principio, y si todo va bien, será "aceptable".

Los últimos días se han producido en la zona de Montilla-Moriles algunas tormentas de lluvia que en algunos casos fue en forma de granizo, como ocurrió en Aguilar de la Frontera, y aunque "se perdió algo del viñedo tampoco ha sido mucho", dice Centella.

"El aspecto de los racimos que han brotado es fantástico, pero tienen todavía un tamaño pequeño y hasta la floración no podremos avanzar nada de cara a la vendimia", que será entre agosto y septiembre, si bien, según ha señalado a Efe Enrique Garrido, director-gerente del Consejo Regulador de la Denominación del Origen Montilla-Moriles, este año se ha adelantado con respecto a la anterior campaña.

En la actualidad se están llevando a cabo los tratamientos pertinentes contra el mildiu y el oidio, y "parece que todo irá bien", aunque "nunca se sabe cómo va a ir la evolución", advierte Centella.

Igualmente, parece haber una población "razonable" de conejos, que hace dos años atacaron la zona de excelencia de la Denominación de Origen, por lo que hubo que echar mano de medidas especiales para controlar su proliferación utilizando hurones en las madrigueras que son especialmente abundantes en los terraplenes dejados por el paso del AVE y de la autovía A-45.

Pero tanto Centella como Garrido han destacado el desastre de la actual campaña en cuanto a producción de vino. El freno brusco y generalizado de la restauración ha sido una puntilla mortal para las bodegas.

"El 80 % de las bodegas han dejado su actividad a cero", y como entre un 73 y un 75 % de la producción cordobesa depende de la hostelería, que se ha frenado por completo, las ventas se han afectado en ese porcentaje.

"Sólo ocho o diez bodegas venden fuera, pero el resto dependen en ese porcentaje de distribuirlo a la hostelería y la restauración, y eso es lo que hemos reflejado en un primer informe que se presentó a mediados de esta semana a la Junta de Andalucía por parte de Montilla-Moriles, Málaga y Condado de Huelva", ha indicado a Efe Garrido.

Hay zonas que están peor aún que Córdoba, como es el caso de Málaga, ya que su producción en un 96 % depende directamente de las ventas a la hostelería. Jerez, por su parte, ha elaborado su propio informe al margen de estas tres marcas de calidad, que "nosotros compartimos sólo en parte", ha adelantado.

La idea de celebrar determinadas ferias después de julio no va a tener una excesiva repercusión en las ventas. La razón es que una vez se salga de esta crisis, las cosas no serán como antes y las aglomeraciones no van a estar permitidas, además de que la clientela se mostrará cauta durante bastante tiempo hasta que la sensación de seguridad vuelva de nuevo.

Algo que, por ejemplo, ya se nota con la Cata del Vino de Córdoba, organizada por la denominación de Origen Montilla-Moriles y que cada año servía de pistoletazo de salida a la primavera cordobesa."Preferimos no dar siquiera una posible fecha de celebración, porque es muy avanzado saber lo que va a pasar en los próximos meses ni la evolución de la pandemia", explica Garrido.

Y es que se habían planteado varias fechas como junio o incluso octubre, pero "nuestra idea siempre ha sido que fuera un evento de muchísima gente, y con el coronavirus va a ser complicado mantener las distancias en un recinto delimitado".

El tiempo dirá si eventos que se prevén trasladar a después de verano, como son las ferias sevillana y cordobesa, o la Feria Agroalimentaria que pasaría al otoño, se seguirán celebrando o no, y así comprobar las medidas que pueden ser efectivas para la necesaria reconstrucción del sector del vino andaluz.

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