Técnicos, agentes, conductores... todos son profesionales forestales, cuya popularidad y reconocimiento en el "ring" de los incendios se extiende estos días a otro duro combate, el del coronavirus, en una labor con otros cuerpos de emergencia que vuelve a poner sobre la mesa la conveniencia de su unificación.
Bien organizados, preparados y experimentados, estos profesionales irrumpen sin embargo a distintas velocidades en función de su distribución geográfica en medio de una crisis sanitaria que, a las puertas de otro verano previsiblemente "inflamable", pone en jaque a toda la sociedad.
"Hubo una incertidumbre inicial sobre cuál debía ser nuestro papel", reconoce Alberto Esteban, presidente de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (Aeafma), pero "finalmente nos vimos inmersos, como todos los ciudadanos, en la emergencia de las emergencias".
Conforme al Real Decreto del Estado de Alarma y en la propia Ley Nacional de Protección Civil, las tareas de este colectivo fueron inicialmente de vigilancia y seguridad en el cumplimiento del confinamiento, pero "la necesidad de apoyo a la población más vulnerable no se escapaba en casi ningún territorio", comenta a Efe Alberto Esteban.
Sobre todo en la España vaciada o el mundo rural, "repleto de pequeñas poblaciones donde escasean los funcionarios y donde el agente de medio ambiente podía y debía sumarse a la atención de las necesidades sanitarias de los más vulnerables"; así, en los lugares más aislados de Andalucía o Teruel "nos fuimos sumando poco a poco a tareas de traslado de medicinas o desinfección de áreas sensibles".
Alberto Esteban recuerda cómo en La Rioja, Soria o Murcia se fueron conformando "equipos homogéneos y bien preparados" para la desinfección de residencias y espacios públicos sensibles, utilizando para ello la conocida como "mochila de extinción de incendios forestales".
También en Castilla-La Mancha o Castilla y León, donde "al principio había descoordinación pero se han ido dando pasos", o en Galicia y Asturias, que "al no pertenecer de forma clara al 112 han ralentizado su servicio, dejando un nivel de mínimos que poco a poco ha ido evolucionando en algunas comarcas o provincias", reconoce el presidente de Aeafma.
En el caso de Madrid y Cataluña, con cuerpos de agentes "mejor dotados en estructura y jerarquía", se han desplegado de la mano de los servicios de Protección Civil, lo que supone "un gran avance en términos de eficiencia en el servicio público en emergencias 112".
Para Alberto Esteban, "la idea tan demandada de querer estar inmersos en los protocolos 112 atiende a dotar de una mayor eficiencia a los recursos públicos en cualquier tipo de emergencia" y los ejemplos citados "marcan el camino a seguir".
El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales ha puesto en valor la experiencia y conocimiento ante catástrofes de estos profesionales, bien equipados con mascarillas, guantes de nitrito, cascos con gafas antisalpicaduras o mochilas extintoras de incendios -donde cargan el desinfectante mezclado con agua- para desinfectar los lugares más transitados, como edificios públicos, residencias de ancianos, exteriores de supermercados, farmacias o ambulatorios.
Para la Fundación Cesefor, el trabajo de otros actores del sector forestal, como los aserraderos, que garantizan el suministro de palets y embalaje para el transporte de alimentos, productos sanitarios y farmacéuticos, así como empresas de explotación de madera, que facilitan materia prima a los anteriores en condiciones "muy difíciles", son fundamentales para "evitar situaciones de desabastecimiento a la población".
El director de Cesefor (Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria en Castilla y León), Pablo Sabín, recuerda a Efe que "en estos días se está constatando la necesidad de que las actividades relacionadas con la transformación de materias primas, su transporte y su comercialización son fundamentales y que este paro global sólo es posible si unos cuantos siguen proporcionando lo necesario para continuar seguros en nuestras casas".
"La capacidad de reacción de los profesionales y técnicos del sector forestal es de sobra conocida" en cuestiones relacionadas con las emergencias, subraya.