Ezequiel y Sebastián tendrían que haber regresado de su viaje por Argentina hace una semana, el pasado día 24 de marzo. Tendría que haber sido un viaje que siempre recordarían -y así va a ser pero por otras razones- en el que deberían haberse recorrido el país y estar con la familia de Sebastián, que es argentino, y que reside con Ezequiel, su pareja, desde 2011 en Jerez. Con lo que no contaban cuando compraron los billetes a finales de 2019, era con que una pandemia los iba a dejar varados en este país. Eso es lo que les ha ocurrido a ellos y al menos a otros 2.000 españoles que se encuentran en Argentina en su situación, según la estimación que les trasladan desde la Embajada española.
Según relata, cuando aterrizaron el pasado 2 de marzo “no se sabía nada del coronavirus; sonaba todo muy lejano”, pero todo se complicó en poco menos de una semana. “El Gobierno de aquí decretó la cuarentena para los españoles que veníamos desde España. Teníamos que hacer un confinamiento de 14 días desde el primer día de llegada a Argentina, a nosotros eso ya únicamente nos tocaba cuatro o cinco días- Fue una cosa simple”. Los problemas llegaron cuando terminó la cuarentena y a los dos o tres días el Gobierno argentino decretó el aislamiento social obligatorio y cerraron las fronteras. Ellos se quedaron en casa de su cuñado en Villa María, una ciudad del centro de la provincia de Córdoba, donde continúan, y las compañías aéreas empezaron a cancelar todos los vuelos.
Aunque están en contacto con la Embajada de España y el Consulado de Córdoba, echan en falta más coordinación y les piden que medien con el Gobierno español para fletar aviones de repatriación “para llevarnos a todos”, aunque vengan vacíos, que es la condición que pone Argentina. Ahora sus esperanzas están puestas en un posible vuelo comercial el próximo 6 de abril, según la última notificación del Consulado.
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