Educar para el futuro

El negocio de la “verdad”

Pues bien, al parecer el Ministerio de la verdad existe realmente o – al paso que vamos – está en vías de hacerlo

Publicado: 27/02/2020 ·
11:05
· Actualizado: 27/02/2020 · 11:05
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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El Ministerio de la verdad es una de los cuatro ministerios ficticios creados por el escritor y periodista británico George Orwell para su novela 1984. Esta obra de ficción distópica y futurista presenta al lector una sociedad en la cual la práctica deliberada del doblepensamiento se plasma precisamente en la contradicción que existe entre el nombre de cada una de las cuatro instituciones y sus ocupaciones: el ministerio de la verdad se ocupaba de las mentiras, el de la paz de la guerra, el del amor de la tortura y el de la abundancia de la inanición.

El Ministerio de la verdad orwelliano está encargado de administrar la verdad, pero también de crearla o fabricarla, falseando los registros históricos para mostrar versiones de los acontecimientos al gusto del gobierno y extendiendo entre la población la neolengua, que no es otra cosa que un lenguaje nuevo que cambia el sentido a las palabras para reinterpretar la autenticidad de cualquier situación o declaración para convertirla en “verdad” cuando se requiere.

En resumidas cuentas este ministerio se encarga de que los ciudadanos den por cierto lo que es falso, engañando a unos y obligando a otros, para que al final todos lo crean, apoyen y defiendan por encima de cualquier otra cosa que se opine o que se escuche.

Pues bien, al parecer el Ministerio de la verdad existe realmente o – al paso que vamos – está en vías de hacerlo. Hay muchos indicios de que esto está sucediendo y a mi entender los principales son el hecho de que la ciudadanía parece no darse cuenta y por otro el de que cuando alguien manifiesta cualquier opinión o prueba de lo que sucede es duramente atacado y se alzan muchas voces negándolas con vehemencia.

La prueba de esto es como aumenta la manipulación y la censura en nuestra sociedad, temas sobre los cuales no sería la primera vez que trato aquí. Comenzaré centrándome en el nuevo modelo de negocio que se ha montado en torno a la “verdad” y que por cierto se está convirtiendo en monopolio en las manos de determinadas personas que dicen servir a la ciudadanía cuando en realidad solo actúan en favor de unos intereses sociopolíticos que a cambio están llenando sus bolsillos.

El gran poder mediático que tiene esta industria comenzó de manera modesta pero agresiva, como el depredador que se acerca a su presa arrastrándose entre la hierba. Inició su andadura de una forma abnegada y supuestamente altruista, contando a quien les quisiera oír en la radio las mentiras que según ellos circulaban y se difundían en las redes, eran aquellos famosos malditos bulos.

Pero en unos poquísimos años los medios audiovisuales e Internet se han convertido en su coto de caza y aunque es cierto que hay muchas mentiras ellos se encargan de descubrir solo las que les interesa y – como en 1984 – ya han comenzado a fabricar verdades. Esto continuará.

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