El buen momento del equipo que dirige Manolo Jiménez y el favorable balance de las confrontaciones con el Espanyol en el feudo sevillista con 44 victorias, 10 empates y 7 derrotas son los argumentos a los que quieren asirse los andaluces para seguir alimentando sus opciones de mantenerse a la estela de Barcelona y Real Madrid.
Los últimos precedentes, además, fueron favorables al Sevilla, que se impuso en los dos partidos de la pasada campaña, en ambos casos por idéntico resultado (2-0). Para el partido ante el RCD Espanyol, Manolo Jiménez tendrá varias e importantes bajas, la última, la del brasileño Adriano Correia, que padece una rotura miofascial de bíceps femoral, por lo que estará de baja al menos cuatro semanas. Adriano se une a la ausencia de Andrés Palop y el argentino Fazio.
El malí Kanouté tiene una sobrecarga en el sóleo y habrá que esperar a su evolución, mientras que Koné no se ejercitó el jueves al padecer fiebre durante todo el día.
En el lado positivo están las incorporaciones a los entrenamientos de Negredo, Koko y Renato. Los dos primeros, ausentes en la convocatoria para el partido de Liga de Campeones en Stuttgart, y, el brasileño, recuperado de sus molestias en un gemelo.
En cuanto al Espanyol, el entrenador Mauricio Pochettino ha convertido a los blanquiazules en un equipo dinámico, con variantes en ataque y que trata de jugar con criterio, que, además ha recuperado en defensa la solidez de antaño.
A pesar de que haya conseguido asentarse en la zona media alta de la clasificación, la temporada 2009-10 está siendo harto complicada para el conjunto barcelonés, que ha tenido que convivir, hacer frente y superar situaciones delicadas desde el verano.
Una de las decisiones que debe tomar el entrenador es el sustituto del lesionado Corominas. Lo lógico es que Nakamura sea el escogido, aunque Fernando Marqués, después de su gran encuentro ante el Tenerife, también puede entrar en el once.
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