Fue la primera victoria colectiva de Andalucía. Aquel 28 de febrero de 1980 se celebró el referéndum que cambió el rumbo de Andalucía pero no sin dificultades. Los partidarios de la centralización del país trataron de dinamitar la autonomía y hubo incidentes en Almería. Gracias a ese referéndum ahora Andalucía tiene poderes legislativos, ejecutivos y judiciales. Tiene competencias propias recogidas en el Estatuto de Autonomía de 1981. Esas competencias posteriormente fueron ampliadas en 2007.
Todo esto se produjo después de todos los años de franquismo, en los que Andalucía fue una zona de España marginada. Del pico y la pala en el campo, con personas sin estudios y con una economía muy por debajo de otros puntos de la geografía española.
El trabajo de los representantes políticos se vio respaldado y empujado por una creciente movilización popular, motivada por el ansia de progreso del pueblo andaluz que no estaba dispuesto a seguir siendo marginado y discriminado. El autogobierno arranca con las primeras elecciones democráticas en España, celebradas en junio de 1977, tras la muerte del dictador.
A partir de ahí, el pueblo andaluz salió masivamente a las calles para acabar con la desigualdad y el subdesarrollo. El ejemplo más claro fue el 4 de diciembre de 1977 con aquella manifestación en todas las provincias de Andalucía en favor de la autonomía, además de otras celebradas en Barcelona, Bilbao o Madrid. Aquel día fue asesinado García Caparrós en Málaga del balazo de un policía (aunque nunca se haya hecho oficial el nombre y el apellido del que apretó el gatillo).
En esos momentos preconstituyentes, la ciudadanía y sus representantes percibieron, por encima de las diferencias ideológicas, el riesgo de que se perpetuara la desigualdad entre regiones que la dictadura franquista consolidó. Desde Madrid, los primeros gobiernos democráticos dieron muestras de entender el proceso descentralizador más como una concesión a “derechos históricos” de determinadas regiones que como herramienta de igualdad y progreso para toda la nación.
El componente emocional que unió al pueblo andaluz entorno a este proyecto colectivo acabó con un hondo y sentido clamor de justicia social. La autonomía se acabó convirtiendo en la esperanza de frenar la inercia del subdesarrollo y de solucionar los graves problemas de la época.
Una vez conseguido aquel logro andaluz, posiblemente el más importante de la historia, 40 años después, Andalucía no es nada comparable. Todavía lidera tasas de desempleo y encabeza datos de abandono escolar. Queda un largo trabajo por delante pero es la comunidad autónoma con mayor número de habitantes, tira de la economía nacional y es una de las preferencias turísticas del mundo.
Solidaridad interterritorial
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha advertido este domingo de que España habrá “fracasado” como Estado si no hay solidaridad interterritorial y ha asegurado que si el Gobierno central pretende “romper” ese principio la comunidad hará valer “su peso político, demográfico e institucional”. Moreno ha dicho que nota en el Gobierno “una absoluta incomprensión de lo que es Andalucía” y de sus anhelos, además de una “vía política” en la que se ve a la comunidad como “un obstáculo para algunas cosas que pretenden hacer”. Este viernes presidirá los actos conmemorativos del 28F. Antes, el Consejo de Gobierno se reúne hoy en el Museo de la Autonomía, de Coria del Río, y en él se concederán las medallas de Andalucía y los títulos de Hijo Predilecto.