Lepanto como fue

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La batalla de Le panto, una de la más importantes acaecidas en el Mediterráneo ha sido estudiada y analizada por todos los países que participaron en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros, como la describió Miguel de Cervantes, que en dicha batalla naval salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y en una mano que le quedó estropeada.

Don Juan de Austria, con solo veinticuatro años, mandaba una coalición de naciones italianas como se las denominaba entonces y de la Soberana Orden de Malta.


Sebastián Venier el comandante veneciano, tenía 75 años, pero fue quien mayores problemas le causó antes de la batalla a Don Juan, primero cuando excediéndose en sus atribuciones mandó colgar del palo mayor tanto a un marinero veneciano, como a soldados del tercio embarcados en sus galeras por haber protagonizado una reyerta, y después cuando se opuso a que el comandante genovés Gianandrea Doria, enviado a pasar revista pudiera subir a sus naves. Don Juan, tuvo que enviar a Marco Antonio Colonna el almirante pontificio en su lugar, tragándose su orgullo. Las malas relaciones entre la serenísima y el Imperio Español se remontaban a treinta y cuatro años antes, cuando en la Batalla de Prevesa, Andrea Doria, tío de Gianandrea, que estaba al servicio de su majestad católica, se negó a entrar en batalla con el viento a favor, después de que los venecianos aguantaran la embestida turca.

Carlos V, padre de Don Juan de Austria, llegó incluso a firmar un tratado con Khayr al Dinn, Barbarroja para destruir a la República de Venecia. ¿Cómo podían los venecianos confiar en los españoles? Para acabar de complicar las cosas, Luis de Requesens, asignado como experto marino a Don Juan de Austria, tenía celos de Marco Antonio Colonna, el comandante de las galeras pontificias, pues fue este último, quien elaboró la estrategia para la batalla.

Así las cosas, Don Juan planteó la batalla manteniendo en el centro la galera Real flanqueada a su diestra y siniestra por las dos capitanas pontificia y veneciana mandadas respectivamente por Marco Antonio Colonna y Sebastián Veniero. Desplegadas a sus lados bogaban las otras 61 galeras del cuerpo central, señaladas con gallardetes azules. El cuerpo de la izquierda, al mando del veneciano Agustín Barbarigo, estaba integrado por 53 galeras que lucían gallardetes amarillos. Barbarigo procuraba ceñirse a la costa para cortar el paso del ala derecha turca cuando intentara envolverlo para atacarlo por la retaguardia. En el ala derecha, al mando de Gian Andrea Doria, sobrino del comandante genovés de Prevesa, iban 54 galeras con gallardetes verdes. Había además una escuadra de reserva, de 30 galeras con gallardetes blancos, al mando de Álvaro de Bazán, omnipresente en toda la batalla, como se verá después. Las seis galeazas venecianas navegaban adelantadas, dos delante de cada cuerpo. Las galeazas eran verdaderos acorazados de la época, no podían abordarse por tener el puente mucho más alto que las galeras normales y su aparición debió sorprender a los turcos, que no habían visto jamás naves como esas. Marco Antonio Colonna, sugirió embarcar arcabuceros españoles en las galeazas que junto con la artillería causarían destrozos enormes en la flota turca.

El despliegue de la armada turca era similar al de la Liga con tres escuadras y una reserva. Del mando se encargaron Chuluk Bey, virrey de Alejandría y conocido por los cristianos como Mehemet Sirocco, con 55 galeras y una galeota en el ala derecha, lo que haría que se enfrentara a Barbarigo. El mismo Alí Pachá a bordo de La Sultana ejercería el mando del centro con 96 galeras y galeotas. El ala izquierda, que se enfrentaría a Andrea Doria, estaría al mando de Uluch Alí, (Alí el renegado) un calabrés raptado a la edad de nueve años, cuyo verdadero nombre era Giovanni Dionigi Galeni, donde formarían 61 galeras y 32 galeotas en su mayor parte de corsarios berberiscos. Si bien la flota de combate turca era superior a la cristiana, la escuadra de reserva de Murat Dragut formada por 31 unidades, sólo contaba con 8 galeras...

Por falta de espacio aquí nos detenemos. Si quieren saber más, acudan en estos días, al Seminario, que organiza el Ayuntamiento en la casa de la cultura. La entrada es libre.

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