En el Olimpo de la copla o de la canción española -como ustedes prefieran- tengo mis favoritas: Concha Piquer, Juanita Reina, Marifé de Triana, Isabel Pantoja y Rocío Jurado. En cada una de ellas admiro su sello personal a la hora de interpretar este género musical, tan alicaído a partir de los años 70. ‘La Jurado’, por ejemplo, era la fuerza, el temperamento, el vozarrón que atrapaba al público. Hay canciones que llevan la impronta de la chipionera más universal: ‘Como un ola’, ‘Ese hombre’’, Como yo te amo’ o ‘¿Por qué me habrás besado?’, esta última interpretada a dúo con Juan Pardo, tan dulce en el escenario.
Groucho Marx, tan oportuno siempre, dijo una vez que “la familia es una institución, por supuesto, contando que te guste vivir en una institución”. Una vez fallecida la chipionera ya hemos visto en qué ha quedado el clan familiar que con tanta ilusión construyó a lo largo de los años: su hija Rocío mantiene serias diferencias con todos; los Mohedano (Amador, Rosa y Chayo) son carne de los programas rosa; sus hijos adoptados, Gloria Camila y José Fernando, no encuentran su sitio en la vida; y el torero Ortega Cano-feliz ahora en el terreno sentimental- nos regala apariciones televisivas inoportunas que no benefician en nada a los protagonistas de esta novela por entregas. A los presuntos guardianes de la memoria de Rocío Jurado les une -eso sí- un mismo hilo conductor: hablan mil maravillas de la matriarca del clan pero no olvidan antes el gesto solidario de casi siempre pasar por caja.
Recomiendo ‘Canta, Rocío, canta’, el libro escrito por la periodista sevillana Marina Bernal para que el público conozca los recovecos interiores y la calidad profesional de la chipionera. La periodista reúne en la obra 150 fotos inéditas, artículos, anécdotas y testimonios de personas que rinden tributo de admiración a la artista. Su hija, Rocío Carrasco, también quiere que la figura de su madre no quede en el olvido: es la promotora de ‘Qué no daría yo’, el musical sobre su madre que recala este viernes en Huelva, en una gira que recorrerá nueve ciudades españolas. Ya veremos en qué queda esta, en principio, aceptable propuesta: si es de pañuelos o es un pestiño de aúpa con la única intención -¿les suena la música?- de hacernos pasar por caja.
Hace 14 años que falleció Rocío Jurado, víctima de un cáncer de páncreas. El tiempo -como dijo un poeta de medio pelo- lo devora todo (o casi). ¿También la memoria de los mejores?
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