Campo de Gibraltar

Llegan a Tierra las primeras señales del satélite del joven linense

Éxito de la misión de Julián Fernández. Con solo 16 años ha lanzado hoy al espacio su picosatélite, el más pequeño construido hasta ahora en España

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El joven linense Julián Fernández, de tan sólo 16 años, ha podido ver cumplido hoy su mayor sueño, poner en órbita el satélite prodigioso con el que él y sus socios de Fossa Systems pretenden "democratizar" las telecomunicaciones y la tecnología aeroespacial.

El lanzamiento de este artefacto se ha llevado a cabo junto a otros siete satélites de la mano de una compañía privada, Rocketlab, en la península de Maya (Nueva Zelanda). El lanzamiento puede visualizarse en el siguiente enlace, la cuenta atrás comienza a partir del minuto 17

Julián ha podido ver el lanzamiento junto a representantes de su patrocinador, Everis, en las instalaciones de la Agencia Espacial Europea de Madrid. Desde la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid comentaron, a través de un comunicado, que el prodigio linense finalizó el diseño del "picosatélite" en el campus de Móstoles de la URJC.

ÉXITO ABSOLUTO: RECIBIDAS LAS PRIMERAS SEÑALES EN LA TIERRA

El Fossa-Sat1 es el más pequeño construido hasta la fecha en España y el tercero en el mundo, pero con todos los componentes necesarios para realizar labores de comunicaciones. Ya han anunciado que se han recibido las primeras señales en la Tierra, en concreto, en Australia.

 

Hay repartidas más de 250 bases en distintas partes del mundo que podrán captar el picosatélite que ha lanzado el joven Julián Fernández.

El objetivo de este proyecto no era otro que democratizar el espacio y permitir el acceso a las telecomunicaciones al mayor número de gente posible. El origen de Fossa Systems es un foro de internet sobre aspectos técnicos en el que Julián conoció a sus socios. A partir de ahí, crearon un colectivo registrado en España como asociación sin ánimo de lucro, de carácter internacional, y que cuenta con otros cinco estudiantes -en su caso, universitarios-. Julián, a sus 16 años, lleva año y medio trabajando en este proyecto que será hoy una realidad orbitando a 400 kilómetros de la superficie terrestre. Para llegar a este punto, ha tenido que dar muchos pasos complejos. En una reciente entrevista en Radio Nacional de España (RNE), relataba las cuestiones burocráticas y trabas superadas para la financiación y correspondientes permisos, entre ellos los de carácter ambiental, con idea de que el satélite no representase peligro alguno.

 En un artículo publicado en la web de la URJC, Julián afirmaba que "tras lanzar el satélite podremos conocer realmente cómo funciona en órbita y estudiar más el funcionamiento real del proyecto". "En los próximos meses queremos ampliarlo a través de constelaciones de satélites o investigando acerca de telecomunicaciones intersatelitales".

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