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Uno de cada diez jóvenes de 12 a 18 años consume alcohol cada semana

El Día Mundial sin Alcohol, 16 de noviembre, es La fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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  • Alcohol

El Día Mundial sin Alcohol es una fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el claro objetivo de concienciar a las personas de todo el mundo sobre los daños físicos y psicológicos que produce el consumo de alcohol en nuestro organismo. Fue en pleno siglo XX cuando el alcoholismo fue declarado como enfermedad y hoy en día sigue siendo el responsable de 3 millones y medio de muertes cada año.

Las regiones de Europa y América son las que tienen una tasa de consumo per cápita más alta del mundo. En España el consumo en adultos es superior a la media europea y si hablamos de nuestra comunidad autónoma, el 40% de los andaluces consumen alcohol habitualmente y el 25% lo hace de manera excesiva.

El alcohol tiene un efecto bifásico sobre el cuerpo, es decir, que sus efectos cambian con el tiempo. Inicialmente, produce sensaciones de relajación y alegría, pero el consumo posterior puede llevar a tener visión borrosa y problemas de coordinación. Las membranas celulares son altamente permeables al alcohol, así que una vez que el alcohol está en el torrente sanguíneo, se puede esparcir en casi todos los tejidos del cuerpo. El consumo excesivo de alcohol puede acelerar procesos de Alzheimer, demencia senil y producir alucinaciones graves y recurrentes, pudiendo llegar a la psicosis.

En un estudio de la OMS de 2016 se relaciona el consumo excesivo de  alcohol con la muerte de tres millones de personas, la mayoría hombres y por causas tales como accidentes de tráfico, violencia y autolesiones, trastornos digestivos y enfermedades cardiovasculares.

Los jóvenes probamos el alcohol por primera vez muy pronto, a los 13 años. La mayoría comenzamos a consumir bebidas alcohólicas con amigos para probar o por presión social y aunque los padres saben que lo hacemos, muchas veces suelen autorizarlo o restarle importancia. Uno de cada diez jóvenes de entre 12 y 18 años consumimos alcohol cada semana ¿Por qué? Puede ser para sentirnos bien y divertirnos, para descansar y olvidarnos del estrés de los estudios y las relaciones personales, para evadirnos de nuestros problemas diarios, porque nos gusta el sabor de algunas bebidas alcohólicas, para estar más a gusto en reuniones y fiestas con nuestros amigos, formar parte de un grupo o simplemente para emborracharnos y sin una razón lógica y razonable para hacerlo, simplemente lo hacemos.

El problema está en que hemos normalizado el consumo de alcohol. Existen leyes pero son flexibles y se vulneran con facilidad. Se vende y se sirve alcohol a menores de edad, esto es una verdad que se sabe y se permite. En mi opinión no se debería vender ningún tipo de alcohol a menores, se deberían controlar las zonas donde los adolescentes hacen botellón e imponer multas a los padres de aquellos menores que fueran sorprendidos haciéndolo en la vía pública. Por otro lado, si la educación en la  etapa adolescente es importante, es mucho más importante la educación que recibimos desde pequeños, en nuestras casas y en nuestros colegios. Estos temas deberían formar parte de nuestra educación para que de esta forma tuviéramos mucho más claro la realidad de las cosas con las que convivimos  todos los días.

 

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Alumnos del IES Los Molinos participan con sus trabajos con el periódico Viva Conil divulgando sobre ciencia y otros temas importantes en su realidad cotidiana. En esta ocasión ha sido redactado por Alberto Muñoz 3º ESO B.

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