¿Cual es el secreto para que dure un matrimonio? La mayoría de los psicólogos y terapeutas coinciden en dos factores fundamentales: el diálogo y el respeto. Esos dos ingredientes, regados con sus correspondientes dosis de amor y de cariño, nos puede dar la receta de un matrimonio longevo. Ya sé que, esto que parece sencillo así, sobre el papel, es tremendamente complicado en el día a día, con sus 24 horas y los retos que hay que afrontar en la vida cotidiana. Que se lo digan a los seis de cada diez matrimonios que terminan en ruptura en nuestro país...Pero, aunque la estadística sea esa, lo que nunca acaba es la necesidad de todo ser humano de buscar a su par y emprender una vida juntos. Ley de vida, digamos. Como todo, porque también esos mismos ingredientes son los que hace una relación de éxito en el ámbito empresarial, asociativo y, por qué no, en la política.
Si el Gobierno Andaluz, el primero de todos los que han venido después en ayuntamientos y en otras comunidades autónomas, sigue sirviendo de ejemplo es, precisamente, porque han establecido que las relaciones entre dos fuerzas políticas, que siempre son tan complejas y acaparadoras, deben transcurrir por dos raíles seguros: respeto y dialogo. Gracias a esa disposición, que se ha ido cultivando todos los días, no solo en la fase previa del acuerdo, sino con posterioridad, en cada acto del gobierno, en cada sesión parlamentaria, en Andalucía se ha podido superar una esclerosis de casi 40 años de socialismo en el Gobierno autonómico. Tampoco se han dedicado, como suelen hacer otros dirigentes políticos, a mirar continuamente para atrás, pero tampoco conviene olvidar que la herencia recibida no era poca cosa. Quizá se puede resumir con una sola frase, los 50.000 procedimientos jurídicos abiertos contra la Junta de Andalucía o las millonarias sentencias firmes del Metro de Sevilla y de Granada, con sus correspondientes intereses. Será esta la herencia recibida a la que se refería Susana Díaz estos días. “Dejen de vivir de nuestra herencia” espetaba al presidente de la Junta de Andalucía. Una expresidenta que huye de la investigación parlamentaria de la Faffe, que no quiere rendir cuentas a los andaluces de su herencia, que también es suyo este enésimo escándalo del PSOE Andaluz.
Con estas enormes deudas en los cajones, con estas dificultades, el Gobierno del Cambio ha aprobado sus primeros Presupuestos Generales, los más consensuados, que están dando estabilidad en el 2019, con enmiendas aceptadas del resto de grupos políticos, y ya se están terminando el trámite de los del 2020. Un trabajo ingente que mantiene a muchos trabajadores en sus Consejerías a pleno rendimiento, echando humo. Todos se sienten comprometidos con lo realmente importante, la posibilidad de que, una vez sentadas esas bases presupuestarias, puedan mejorar la economía el progreso de Andalucía en todos los campos. Ese es el gran reto. Los “partidos del cambio’ en Andalucía reman en la misma dirección, conocen sus responsabilidades y no se exceden nunca de las lindes de sus competencias, porque esa honestidad en la relación es la base sólida de una intensa colaboración entre ellos. Les mueve un objetivo común.
En estos pocos meses de gobierno de coalición en Andalucía, hemos demostrado que las cosas se pueden hacer de otra forma, que la política puede ser de otra manera, que la confrontación constante es el modelo de gestión los partidos y de los políticos mediocres. Cuando hablamos de la ‘vía andaluza’ no hablamos sólo de un cambio de Gobierno, porque el cambio de sillones es lo que menos le preocupa a los andaluces y a los españoles; hablamos de un cambio de modelo de gestión. Ahora, ante estas nuevas elecciones generales, que son fruto de la incompetencia y el sectarismo de la izquierda, la experiencia de Andalucía aparece como un modelo que debemos exportar. Esta capacidad de dialogo y respeto mutuo, es lo que les ha convertido en un ejemplo. Un modelo para seguir en otros territorios. No, no hemos sido los primeros, media Europa lleva décadas trabajando y gobernando en coalición con importantes frutos, pero hemos llegado a España en el momento oportuno. Ahora, es el momento de exportarlo de la mano de la única opción posible, Pablo Casado.
(Para Luis y Asun, que ya rozan los 50 años juntos demostrando, como dijo el filósofo, que “la edad de casarse llega mucho antes que la de quererse”).
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