De vuelta a Ítaca

El Indio de Astilleros

Hubo un tiempo en el que los sindicalistas eran sindicalistas de verdad. No me lo tomen a mal, que yo estoy sindicado desde siempre, y no soy de esos enterados

Publicado: 21/10/2019 ·
23:12
· Actualizado: 21/10/2019 · 23:12
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Autor

Alejandro Sánchez Moreno

Alejandro Sánchez Moreno nació en Sevilla. Es docente e historiador. Especialista en historia del movimiento obrero andaluz

De vuelta a Ítaca

Análisis de cuestiones, tanto históricas como de actualidad, desde una visión crítica de nuestra realidad política, económica y social

VISITAR BLOG

Hubo un tiempo en el que los sindicalistas eran sindicalistas de verdad. No me lo tomen a mal, que yo estoy sindicado desde siempre, y no soy de esos enterados de bar que están deseando largar sobre los sindicatos porque es lo que toca. Pero no me negarán ustedes que la panda de burócratas de despacho que hoy predomina entre los delegados sindicales tiene poco que ver con aquellos hombres y mujeres que no dudaron en perder su comodidad, su tiempo, e incluso su vida, para mejorar las condiciones de vida de sus compañeros. Eran otros tiempos, ya casi olvidados desde luego, en los que el capitalismo todavía no nos había inoculado el individualismo salvaje que hoy es norma. Y la gente se organizaba, y luchaba, y se preocupaba y mucho por que su trabajo mejorase para que la vida de los suyos fuese también mejor.


Yo, que por mi actividad política, de joven tuve mucha relación con el sindicato, participé en infinitas protestas que me marcaron para siempre, y que me dieron la oportunidad de conocer a gente extraordinaria. Pero ninguno como Ignacio Sánchez, “el Indio” de Astilleros. Y es que el Indio para mí representa casi la personificación de la lucha obrera en esta ciudad. Presidente del Comité de Empresa de una fábrica condenada al cierre tras la reconversión industrial de los ochenta, gracias a la lucha que dirigió sin descanso durante décadas, el Indio logró lo que parecía imposible: mantener abierto el astillero sevillano contra viento y marea organizando protestas como las que ya no se recuerdan, y arriesgando su físico en innumerables enfrentamientos que siempre contaron, a pesar de las molestias que ocasionaba, con las simpatías de los sevillanos.


Porque la clave de la lucha del Indio y de los Astilleros era que no luchaban por ellos, ya que incluso cuando a la plantilla fija se le ofreció una alternativa que les garantizaba el fin de sus penurias, ellos siguieron adelante. Y siguieron no sólo por sus compañeros eventuales, sino por el futuro industrial de una ciudad que sufre desde siempre y como casi ninguna la lacra del paro. No se rindió. Ni él ni otros sindicalistas del astillero que siempre lo acompañaron como Sarmiento, Jiménez y otros muchos. A pesar de que, finalmente, el sueño se vino abajo cuando ellos se jubilaron y Astilleros cerró, justo cuando la empresa parecía viable porque había por fin carga de trabajo.


Hoy, en la antigua Casa Cuna, volveré a ver al Indio junto a sus compañeros, ya que el escritor Fran Seisdoble presentará una biografía sobre él que ha sido publicada por la editorial Atrapasueños. Una biografía que, a buen seguro, será fascinante, como fascinante fue la gran aventura que mantuvo abiertos los astilleros sevillanos gracias a la firme voluntad de aquellos que conservaron intacta su conciencia de clase durante toda su vida. Aquellos a los que debemos sin duda los avances sociales que ahora, por nuestra propia inacción, estamos perdiendo sin remedio.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN