La Pasión no acaba

(No) hagan juego

Me ha vuelto a ocurrir. La luz parpadeante, el escaparte poderoso y el reclamo diseñado para que mis ojos se clavaran en el mensaje han vencido a mi música...

Publicado: 18/10/2019 ·
21:29
· Actualizado: 18/10/2019 · 21:34
Publicidad AiPublicidad Ai
  • Juegos.
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

VISITAR BLOG

Me ha vuelto a ocurrir. La luz parpadeante, el escaparte poderoso y el reclamo diseñado para que mis ojos se clavaran en el mensaje han vencido a mi música, a ese regalo que Morricone dejó para siempre en los brazos del mundo, una suite que con el nombre "El oboe de Gabriel" es capaz de reconciliarte con las peores hazañas del ser humano.

Paseaba por Sevilla y, en poco más de una hora, me encontré con cuatros salones de juego que mostraban sus llamativos y luminosos reclamos como carne fresca expuesta al público -especialmente joven- para que, con la adrenalina y la testosterona a punto de rebosar, entrasen a picar el anzuelo y quedar así rendidos en los brazos de un enganche que en muchos casos no tendrá salida, sino túnel, un largo, y negro y oscuro túnel.

Era un universo de picas y tréboles, de copas y bastos, de muslos con ligas, de tacones altos y números de colores. De sonrisas tan falsas que eran dibujadas sobre vinilos. En estos lugares todo es mentira. Eran mensajes de éxito rápido (y muerte lenta), vertiginosos como los dedos de nuestros adolescentes sobre el teclado táctil de un teléfono móvil, tan fugaces como el placer de una droga en pastillas, tan falso como el sexo virtual. Pero allí estaban, uno, otro, otro y otro...en varias calles, a pocos pasos de distancia como una baraja de cartas del mismo palo. Compra, apuesta, juega, gana. Compra, apuesta, juega, gana. Pum, pum, pum, el mensaje reiterado sin piedad, como balas de ansiedad buscando los euros como el lobo busca a la presa, premeditadamente, cercándola, llevándola a ese lugar exacto en el que caerá y terminará siendo cadáver. Con babas en las fauces.

¿Nuestros jóvenes? ¡Demasiado sanos están para los continuos, descarados, masivos y perniciosos ataques que, todos los días, sufren! A la misma hora en la que he tenido que quitarme de los oídos (y del alma) al maestro don Ennio, he sentido que nuestros jóvenes están hecho de un material especial, que tienen valores y valentía, que viven en una jungla y cada día le pegan pases a las fieras, adultos sin escrúpulos que rinden culto al dios dinero. Les empujan a entrar en la ludopatía, en un servicio exprés de "solucionar la vida" que es siempre un embuste descomunal. Les dicen que apuesten por internet y les garantizan goles, tarjetas y dinero. Son promesas de una vida mejor proyectada en los cristales de un escaparate sucio llamado a romper la vida de muchos chavales en mil pedazos.

Seguí caminando con la esperanza puesta en la música, en la literatura, en la convivencia. Me coloqué los auriculares para que Morricone me hiciera de las suyas y soñé un mundo sin apuestas, sin neones y sin dragones que hoy se levantaron, otra vez, queriendo robarle la vida a los demás.  

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN