Este sábado el carnavalero barrio de El Perchel vivió un momento histórico. A lo mejor para ti es insignificante, pero no, no lo fue. La Fundación Ciudadana del Carnaval de Málaga abrió las puertas de un recinto cultural que por fin dará un espacio a esta fiesta de forma permanente en la ciudad. La Casa del Carnaval se inauguró este viernes en la recién nombrada Plaza de la Libertad. Una plaza que alberga el Centro de Interpretación Histórica José María Torrijos, adalid decimonónico de la libertad, y la sede del carnaval, fiesta libre por antonomasia donde la crítica y el humor son protagonistas. La apertura, además tuvo una interesante simbología al realizarse en dos partes: el acto oficial, con políticos y personajes de la fiesta en un ambiente formal, con discursos, corbatas y seriedad, y el acto popular, con una jornada de coplas en una atmósfera sencilla y cercana.
Málaga tiene por fin una casa para los carnavaleros, un lugar donde guardar un archivo centenario que sufrió el parón de la dictadura que acalló la voz del pueblo. La voz que hoy suena con fuerza. Revisar los archivos del carnaval histórico abre los ojos ante la evidencia de una fiesta de vital importancia para el día a día de aquella Málaga que en el XIX vivía con intensidad todo lo que tocaba celebrar. Ahora, con la suerte de haber encontrado un espacio acorde, el archivo sólo puede crecer y reencontrarse con documentos que en estos cuarenta años desde su recuperación han yacido -y yacen todavía- en manos privadas. La historia se escribe gracias a los documentos y el acceso a las fuentes documentales es siempre un archivo vivo y ordenado. Ojalá que este nuevo espacio traiga a La Casa del Carnaval
documentos que deben descansar en ella.
El nuevo espacio es el reflejo de una necesidad, la de un colectivo creciente, amplio y que se vertebra en una tradición sencilla, popular y total. Málaga ha sido y será siempre una desagradecida madrastra con lo suyo, pero siempre habrá malaguitas que peleen por mantener sus fiestas, su forma de sentir y su manera de vivir. Con esta nueva casa se abre un horizonte de futuro infinito, en el que sólo la aportación de las entidades públicas y privadas, entendiendo como esto a Administración y ciudadanos, hará posible reverdecer viejos laureles de una auténtica fiesta malagueña. Un espacio expositivo, una sala de conferencias, un lugar de encuentro cultural en el que vivir carnaval todo el año. Esa es la clave del éxito, que todo el año sea carnaval, porque ya lo decía Larra: “El mundo todo es máscaras. Todo el año es carnaval”.
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