Prender fuego de manera intencionada a los contenedores en Jerez empieza a convertirse en un episodio de vandalismo “habitual” que ya no se limita exclusivamente a citas especiales como Halloween, una de las noches más complicadas en los últimos años para los bomberos u otros eventos concretos, sino que se da en cualquier momento del año. Es lo que ha ocurrido en los últimos días, con un nuevo repunte, después que en apenas 48 horas hayan ardido cinco unidades: dos en la calle Armas, en el Barrio de Santiago, pasadas las tres de la madrugada del domingo, y otro en la calle República Saharaui, junto al residencial de Las Palmeras, sobre las 06.00 horas de ayer, cuyas llamas acabaron afectando a los otros dos contenedores que estaban al lado.
En este caso, además, fueron varios los vecinos que tuvieron que bajar a retirar sus coches de la zona alarmados por la intensidad de las llamas. Otros también increparon a un sujeto al que, al parecer, vieron corriendo tras declararse el incendio, según testigos presenciales, aunque no se ha identificado a los presuntos responsables. “Estamos hablando de que se puede generar un problema gordo, que se puede prender fuego a un coche, farola u otro mobiliario...no se sabe la dimensión que pueden tener estos actos”, señala en declaraciones a Viva Jerez el teniente de alcaldesa de Urbanismo, Medio Ambiente e Infraestructuras, José Antonio Díaz, que ha contabilizado media docena de contenedores de nueva adquisición calcinados desde que el pasado 23 de agosto FCC se hizo cargo del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos sólidos urbanos tras la salida de Urbaser, la concesionaria encargada durante las últimas décadas. Díaz, que achaca estas acciones, al vandalismo “habitual” y ve “aventurado” lanzar cualquier tipo de hipótesis al respecto, independientemente de que la Policía Nacional abra una investigación por los hechos, insiste en la necesidad de “hacer frente común” y en el “rechazo social” de este tipo de conductas “incívicas”.
Además del riesto que implica este tipo de capítulos, el titular de Medio Ambiente en el Ayuntamiento tampoco pasa por alto el coste que suponen para las arcas municipales, pues cada unidad de este mobiliario urbano que están estrenando los barrios de Jerez tienen un coste aproximado de entre 600 y 800 euros. Según datos facilitados por Díaz en su momento, en 2016 la quema de contendedores supuso un gasto de casi 100.000 euros, que al año siguiente, en 2017 aumentó a 150.000 euros, mientras que el pasado año se quemaron entre 150 y 180 contenedores.
Por su parte, la alcaldesa, Mamen Sánchez, califica estas acciones como “una técnica totalmente reprochable y condenable” que hay que denunciar y recuerda que cada contenedor quemado “es un contenedor menos que nos quedamos” y, por consiguiente, “habrá zonas a las que no lleguen todos”. Hasta la fecha se han instalado un total de 1.500 contenedores de los 5.000 previstos en el nuevo contrato del servicio.
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