Espadas, que inauguró en Málaga el sexto Salón Inmobiliario del Mediterráneo (Simed), afirmó que la medida pretendía conocer el número real de viviendas disponibles, y "acompañarla de algún incentivo a la demanda para desatascar el parque de viviendas", que según algunas estimaciones estaba entre las 100.000 y las 120.000.
El Gobierno andaluz deseaba además saber "si los promotores y las entidades financieras estaban dispuestos a poner las viviendas en el mercado en unas condiciones económicas que hicieran atractiva su compra".
El plazo de inscripción en el registro acabó el pasado 30 de septiembre, y el mayor volumen de viviendas corresponde a las entidades financieras, explicó Espadas a los periodistas.
Ahora se trabajará para analizar "cuántas se encuentran en los municipios con una demanda más amplia y a qué precio están dispuestos a venderlas sus propietarios".
También se está trabajando con la Consejería de Economía y Hacienda para "pactar unos incentivos entre las entidades financieras y la Junta".
Se trata de "poner de acuerdo a la oferta y a la demanda y de dar a conocer la oferta a los demandantes, pero no habrá ninguna injerencia de la Administración", ya que "cualquier tipo de ayudas públicas se reserva a las viviendas de protección oficial y al Plan de Vivienda", subrayó el consejero.
Estos acuerdos con las entidades financieras pueden alcanzarse "sobre la fórmula de que la ayuda que se dé al adquirente sea un préstamo reintegrable a más plazo", porque la entidad "necesita un soporte o un aval de la Administración autonómica para dar facilidad al adquirente".
Durante su intervención en el Simed, Espadas señaló que la construcción es "un pilar claro de lo que queremos que sea el modelo de desarrollo económico con el que empecemos a avanzar en los próximos años".
Las "lecciones" recibidas de esta crisis harán "cambiar determinadas cuestiones", según Espadas, que cree que la sostenibilidad debe ser la "protagonista" y es necesario "aprender de errores que se pudieron cometer en el pasado".
Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), subrayó que la construcción tiene "un papel económico positivo" y que "se saldrá de la crisis por la capacidad de arrastre" de este sector.
Abogó por que la construcción "haga las cosas bien, que sabe hacerlas, que se recupere la imagen de seguridad jurídica y que se mantengan los precios en niveles que el mercado pueda asumir".
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